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El cambio climático reduce al mínimo el censo de aves invernantes en las Cíes

En los últimos 4 años los ejemplares pasaron de 2.145 a 1.201 - Los cormoranes, pardelas o alcatraces eligen el Parque para nidificar

El cambio climático reduce al mínimo el censo de aves invernantes en las Cíes

Recorren varios kilómetros para buscar su lugar idóneo, para reproducirse o buscar alimentos. Miles de aves de numerosas especies, algunas amenazadas, vinculan su ciclo vital al Parque Nacional Illas Atlánticas, aunque necesariamente no todas nidifiquen. Esta invernada se registra anualmente para determinar tendencias a medio o largo plazo, conocer deficiencias de los ecosistemas o cómo afectan los cambios meteorológicos a estos movimientos locales. Y es precisamente este última razón la que ha menguado el censo de aves acuáticas invernantes, con especial incidencia a las avistadas en Cíes, que pasaron de 2.145 ejemplares en 2015 y 1.538 el año pasado a las 1.201 registradas en 2018, según datos del informe realizado por Arcea para la Consellería de Medio Ambiente.

Algunas especies aterrizaron con retraso debido precisamente a este temporal en los últimos meses, poniendo el foco en la familia de las gaviotas, que pasaron de 1.613 en 2015 a 1.306 el año pasado y a las 885 contabilizadas en enero de este año, la mitad de las registradas hace cuatro años. "El año pasado fue bastante duro en cuanto a condiciones meteorológicas. Por ejemplo, las gaviotas es normal que no estén tan frecuentemente en las islas y se echaran más hacia tierra por efecto del temporal. Estas aves en invierno son muy movibles; incluso pueden estar por la mañana en un sitio y por la tarde, o en cuestión de pocas horas, en otro. Lo vemos en aves que tenemos marcadas", reconoce Jorge Mouriño, biólogo de Arcea y encargado de realizar el censo en las Islas Cíes, que precisa que estos datos hay que tomarlos a medio o largo plazo.

Precisa también que la variación de cifras de un año a otro no siempre influye en el deterioro del ecosistema o reducción de las especies. "El censo ofrece una visión global, con mejores condiciones igual aumentaba el número de ejemplares o incluso si hubiese una mayor actividad de barcos a su alrededor. Las comparaciones no son exactas; no evidencian un empeoramiento del lugar para la especie", amplía.

Además de gaviotas, las Cíes también son refugio para la familia de los Phalacrocoracidae o cormoranes, que también descendieron de forma significativa. La colonia que inverna en la isla cuenta con 245 ejemplares, la mayoría moñudos frente a solo 16 grandes. Cuatro años atrás se contabilizaron 506. Hay que tener en cuenta que los cormoranes de mayor tamaño "como se censa en los posaderos" reflicten "más o menos la población existente", pero los moñudos "empiezan a nidificar en la época de censo" y están presentes en las zonas de cría y que, por lo tanto, no son tan visibles. La garza real, aunque en pequeño número ya que "las Cíes son zonas marginales para ellas comparadas con zonas optimas dentro de la ría", aclara Mouriño, y las aves marinas del tipo de las pardelas y el alcatraz también frecuentan las islas en épocas estivales. De la primera se contabilizó un ejemplar -dos en el censo de 2015- mientras que de familia de las pardelas y el alcatraz se contabilizaron 58. A estas especies hay que añadirle también el chorlitejo, el vuelvepiedras común, el ostrero y el alcaraván, que junto a las gaviota reidora y la patiamarilla suman un total de 1.201 ejemplares.

El censo de este año tuvo lugar el pasado 24 de enero en una jornada de cielos cubiertos con fuertes rachas de viento y sin precipitaciones. En el propio informe, el biólogo reconoce la "dificultad" del trabajo a raíz de estas condiciones meteorológicas, llegando a realizarse un segundo itinerario "Nuestra metodología consiste en realizar un largo recorrido que permite la máxima visión posible", si bien insiste Mouriño que no es "al 100%" en ninguno de los tres archipiélagos. "Al recorrer los mismos puntos permite una comparación con años anteriores bastante sólida", añade el biólogo.

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