Pasar de decir que la poesía "es algo que tiene versos" a ser unos completos entendidos del arte y de las distintas representaciones de esta forma de literatura, como la poesía visual, escultural e incluso fonética. Esta es la evolución que experimentaron decenas de alumnos de la ciudad que participaron desde el viernes y hasta ayer en el Proyecto Almenara de poesía experimental creado por el pedagogo vigués David Fernández y desarrollado en la Casa Galega da Cultura. El objetivo es desarrollar la libertad creativa de los más pequeños y que saquen sus propias conclusiones de todo lo que ven.

"Con esta actividad consiguen sacar cosas de nosotros que de otra manera no exteriorizaríamos. Cuando ves algo y te parece sencillo, si miras bien ya no lo es", afirmó Antía del CEIP Sárdoma-Moledo. A su lado, asentía su compañero Khalid, que añadió que aprendió que "se pueden hacer multitud de cosas con la poesía" y reconoció que su único contacto hasta ahora con las rimas y los versos habían sido algunas canciones de rap que escucha habitualmente.

Tras realizar varios ejercicios con esculturas y diversas imágenes, Yun, Marcelo y Rafael se mostraron impresionados por la experiencia. "Me impactaron sobre todo las fotografías, en concreto una en la que se veía una carta con un anillo en el medio. Para mí eso representaba a una persona que escribía porque se arrepentía de algo o extrañaba cosas", contó Yun. Por su parte, Marcelo se quedó impresionado con una poesía visual en la que aparecía un tren, de la que según contó, interpretó que "en España había menos trenes que en otros sitios de América".

Una de las actividades estrella de la exposición era una máquina de escribir, que estaba orientada a la creación de una pieza literaria conjunta de todos los visitantes, tanto niños como adultos. Como indicó Rafael, tecleó a ciegas tres letras que se unían a las otras tres que dejaron sus compañeros, lo que se unirá y dará un resultado "curioso e interesante", según Fernández, el promotor de la iniciativa. El poeta cuenta que Almenara es la segunda fase del proyecto Caligrama, que se inició hace siete años. "Al salir de Caligrama conocen la poesía visual, la objetual, la experimental, la interactiva, la escultórica? en dos horas crecen muchísimo. Saco lo que tienen dentro, la clase la dan ellos y cada poema visual es un estimulo para que cada niño encuentre su propio sueño y su propia libertad", indicó Fernández.

El experto hace hincapié en que esta nueva fase del proyecto era necesaria "para que los niños aplicasen fuera y consolidasen el aprendizaje que obtuvieron en el aula", además de que a ellos les sirve también para "aprender a visitar un museo y ser espectadores activos". "Los estudiantes de esta manera comprenden el arte y se emocionan con las obras, poniendo todo en común, no es un aprendizaje unidireccional. Lo que se llevan no se basa en la razón, es la emoción la que hace que adquieran conocimientos sin darse cuenta", afirmó.

Vigo fue la primera parada del proyecto, una iniciativa que su creador contempla llevar por Galicia y también a Europa y América. Fernández reconoce que los resultados "superaron sus expectativas" y que los alumnos interactuaron con unas 15 obras, algo impensable para él en un inicio. "En Almenara el protagonista es el espectador y no hace falta experiencia previa. Este es un camino para el cambio y seguiré trabajando para agotarlos todos".