Una Ley de Cuidados Paliativos. Eso es lo que reclamaron los facultativos asistentes a las V Xornadas Galegas de Deontoloxía e Ética Médica celebradas ayer en Pontevedra y organizadas por el Colegio Médicos, en las que también se analizaron aspectos como la autonomía del paciente y la relación de los médicos con la judicatura. Tanto su presidente, Luis Campos Villarino, como el presidente de la Comisión organizadora de las Xornadas, Diego Murillo Solís, coincidieron en el acto inaugural en reclamar una atención sanitaria "más humanizada" que pasa por la redacción de una ley que garantice que un paciente crónico reciba en su casa los cuidados paliativos necesarios para garantizar una óptima calidad de vida, y con ausencia de dolor, hasta que llegue el momento de la muerte.

Campos Villarino apostó por el respeto a la vida frente al derecho a una muerte digna, un debate ético que atraviesa la profesión médica y que tildó de "alto voltaje". La toma en consideración por parte del Congreso de una proposición de ley para regular la eutanasia preocupa a los médicos gallegos que, según reconoció el doctor Murillo, presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Pontevedra, es "empezar la casa por el tejado, porque en España todavía no existe una organización de cuidados paliativos".

Los facultativos reclaman la redacción y aprobación de la Ley de Cuidados Paliativos y recordaron que "más de 70.000 personas mueren al año sin cuidados paliativos de ningún tipo y con dolor, cuestión que nos parece una aberración".

En este tema insistió Murillo. "Queremos que una persona en Galicia pueda decidir pasar los últimos días de su vida en su casa, rodeado de su familia, pero con los cuidados que necesita. Ahora esto no ocurre". Y frente a la realidad sanitaria gallega en materia de cuidados paliativos puso la vasca. "Es triste que en función de un código postal, un ciudadano español afronte la muerte de una forma u otra. En Bilbao, por ejemplo, la calidad de este tipo de atenciones es muy elevada", apuntó.

No solo los enfermos oncológicos demandan este tipo de atenciones, también los pacientes de enfermedades neurológicas, como el alzheimer. "La carencia de unidades de paliativos dotadas con los medios necesarios hacen que este tipo de pacientes ingresen de forma cotidiana por urgencias, incrementando el volumen de atenciones de este servicio con cuestiones que realmente no lo son", explicó.