La problemática de Povisa, en preconcurso de acreedores desde el pasado 28 de septiembre, llegó ayer al Parlamento. Por la mañana, la llevaron los representantes de los trabajadores a la puerta de la Cámara gallega con una concentración mediante la que exigían que el acuerdo que Sanidade recoja sus reivindicaciones laborales. Por la tarde, entró el hemiciclo a través de una proposición no de ley del Bloque Nacionalista Galego, tumbada por la mayoría popular. Así, el PP rechazó la comparecencia del Gobierno de la Xunta en el pleno para dar explicaciones sobre el asunto, la realización de una auditoría de las cuentas y la gestión del hospital de la calle Salamanca en lo referente al concierto y que, en el nuevo acuerdo que se negocia, "queden blindadas las condiciones laborales, salariales y el mantenimiento de los puestos de trabajo".

El portavoz del PP en Sanidad, Aurelio Núñez Centeno, pidió a la oposición que "deje trabajar tranquilidad" con tranquilidad a la Xunta para llegar a un entendimiento con Povisa que "mantenga la calidad asistencial y los puestos de trabajo". "Sanidade está trabajando en una solución y confiamos en que se resuelva a la mayor brevedad posible", defendió.

La oposición se unió para defender los tres puntos citados de la iniciativa nacionalista, pero discreparon sobre las medidas que se deben poner en marcha para que la situación no se repita. El BNG, mediante una autoenmienda, propuso "poner en marcha todas las actuaciones precisas para que cuanto antes la totalidad de la población del área sanitaria de Vigo pueda tener asistencia hospitalaria en la sanidad pública". Entre ellas, incluye "el paso del Hospital Povisa al Sergas, en el caso de que la asistencia sanitaria a la población adscrita y los puestos de trabajo no estén garantizados".

"No estamos dispuestos al chantaje permanente de Povisa y, si se mantiene, hay que tener la valentía de que pase a la sanidad pública con todas las consecuencias", argumentó la diputada nacionalista Montse Prado.

Para este cuarto punto, que se votó por separada, encontró apoyo en En Marea ya que su diputada Eva Solla lo entendió como "una declaración de intenciones" y una posibilidad que "habría que estudiar".

El PSOE, sin embargo, se abstuvo. Aunque su parlamentario Julio Torrado coincide en que "hay que estudiar todas las vías" para "garantizar" que esta situación no se vuelva a repetir, se mostró muy crítico con la autoenmienda del BNG. "Que compremos el hospital no es la mejor técnica negociadora", sostuvo y añadió: "Son soluciones facilonas a problemas complejos que no se pueden aceptar".

A través de una enmienda que el BNG aceptó añadir, el grupo socialista proponía "estudiar todo los mecanismos posibles a medio y largo plazo para garantizar que la población del área sanitaria de Vigo pueda ser atendida en el sistema público de salud en las mismas condiciones que el resto de las áreas sanitarias".

Sanidade y Povisa vuelven a sentarse hoy a negociar en un ambiente tenso por los escasos avances que ve la empresa, frente al optimismo de la Xunta.