La sequía vuelve a amenazar a Vigo un año después. Las escasas precipitaciones de los últimos meses han provocado que el embalse de Eiras, que surte de agua a la urbe olívica y a buena parte de su comarca, esté al 57,8 %_de su capacidad. Por ello, el alcalde Abel Caballero reclamó ayer a la Xunta de Galicia "medidas de prevención" en la presa ante la baja pluviosidad en la zona. "Pedimos un nuevo caudal para el río Verdugo en la salida de Eiras porque el que tenemos ahora (830 l/s) es un disparate", apuntó el regidor vigués, que denunció además un cambio en el agua que se vierte desde Eiras al río. "En noviembre pasaremos a 1.304 l/s simplemente porque cambiamos del mes y sin ninguna referencia a la climatología, la lluvia y al estado del embalse", señaló.

En los últimos meses la presa está perdiendo una media de tres puntos de capacidad a la semana, cifra que a partir de la próxima semana aumentará hasta los 4,5 puntos. "Es un disparate se vea como se vea. En 2011, en un estado de sequía menos severo que el actual, se vertían 150 l/s del caudal, casi 10 veces menos", criticó el primer edil vigués.

La Xunta, por su parte, sostiene que reducir el caudal ecológico del embalse es una medida "insuficiente" para garantizar el abastecimiento a medio y largo plazo. Además, al igual que el PP local, denunció el mal estado de la potabilizadora de la ciudad. "Vigo no tiene un problema de cantidad, sino de calidad del agua", comentó la portavoz popular Elena Muñoz.