"Movía yo más en un día (en el banco) que todo el barrio de Cabral y Candeán en un año". José Manuel Costas, el cabecilla de las 5 Jotas, comparecía esta mañana en el juzgado por primera vez desde su captura para reconocer los hechos. Fue en 2009 cuando el Juzgado de Instrucción número 6 de Vigo daba inicio a la investigación que sacó a la luz la mayor trama de fraude fiscal con facturas falsas detectada en Galicia, con epicentro en el grupo empresarial Las 5 Jotas. Casi una década después, con esta instrucción ya finalizada y tras haberse celebrado unos 90 juicios en los que se fueron sucediendo las condenas contra los empresarios implicados, el recorrido judicial de la megacausa está por fin a punto de cerrarse. Hoy arrancaba la última vista derivada del caso.Se trata del juicio contra 11 directivos, interventores y empleados bancarios acusados de dar soporte a las actividades ilícitas atribuidas a José Manuel Costas, jefe de Las 5 Jotas y cabecilla del entramado.

El proceso se celebra en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, que ha reservado siete jornadas, ya que junto a acusados comparecerán más de 80 testigos y peritos.

El cabecilla de la trama, José Manuel Costas, también encausado en este proceso, llegó a los juzgados pasadas las diez de la mañana procedente de la cárcel de A Lama. Es el primer juicio al que comparece tras ser detenido en Portugal y extraditado a España después de ser capturado en Portugal el pasado junio tras permanecer dos años fugado. Costas huyó cuando ya era firme su entrada en el penal por esta causa, donde a esa fecha ya acumulaba más de 80 condenas.

Abogados de los directivos y empleados bancarios han utilizado la fase de cuestiones previas anterior a la declaración de los acusados para alegar que el delito de falsedad que se atribuye por parte de la Fiscalía a sus clientes está prescrito. También aportaron prueba documental.

Varios trabajadores acusados asumieron y reconocieron la autoría de los hechos. Pero no todos. Uno de ellos, por ejemplo, que fue director de una oficina, negó que tuviese constancia de irregularidades y definió a Costas como un "buen cliente" y "empresario respetado". Hasta el momento, cinco aceptaron los hechos y el resto no. Los primeros habrían alcanzado un principio de acuerdo, pendiente de cerrar en las conclusiones, según el cual la pena de cárcel que solicitaba el fiscal se rebajaría de dos años y medio a 9 meses.