Vigo lleva meses aplicando un plan de ahorro reduciendo los baldeos y apelando al consumo responsable por parte de la ciudadanía. Pero el volumen de agua embalsada sigue bajando y el alcalde no descarta un "problema inminente" del abastecimiento en caso de que no se produzcan precipitaciones importantes debido a la decisión de la Xunta de no ejecutar el trasvase de emergencia que podría paliar esta situación y su negativa a rebajar los caudales mínimos establecidos.

El Concello acaba de remitir una carta a la Consellería de Medio Ambiente para que permita reducir la cantidad de agua que se vierte diariamente al río y que se fija en 820 litros por segundo en octubre y 1.300 en noviembre, por encima del consumo medio diario de los diez municipios que se abastecen de Eiras. "Son decisiones tomadas en los despachos sin tener en cuenta la climatología de la zona", denunció esta mañana Abel Caballero.

Esta semana se celebrará la reunión entre el Concello, Augas de Galicia y la concesionaria con el secretario de Estado de Medio Ambiente para valorar la situación actual y soluciones para paliar sequías en el futuro y que pasan por la construcción de una nueva presa, la ampliación de la actual o una conducción desde el Miño.