Los que llegan con el tiempo muy justo y no quieren arriesgarse a tener que dar varias vueltas buscando sitio; los que necesitan comodidad de acceso con pacientes con problemas de movilidad o en una visita fugaz; los trabajadores del Sergas que prefieren pagar 30 euros de bono y asegurarse que aparcan rápidamente... Y los que todavía desconocen la existencia de parking gratuito que el Concello ha habilitado hace un mes junto al Álvaro Cunqueiro. Como dos vecinas de Ourense, que se quedaron con la boca abierta cuando supieron de esta posibilidad e indagaron sobre cómo llegar. Esos son los grupos principales de conductores que aún acuden al estacionamiento de pago del complejo.

Aparcar de forma legal y gratuita en el Cunqueiro es una misión sencilla y rápida desde hace un mes, gracias al parking que el Concello ha construido con 400 plazas junto al complejo. A pesar de que mantiene un alto nivel de ocupación a cualquier hora del día, hay mucha rotación. Quizá, como opina Andrea Pazó, por su cercanía al área de consultas externas.

¿Durará? Eso es lo que se pregunta el internista Antón Otero que, al regreso de sus vacaciones, planea comprobar si es fácil encontrar sitio en el aparcamiento gratuito antes de renovar el bono para el de pago. Si le lleva tiempo, renunciará a él como ya lo hizo al reservado a trabajadores. "Es gratis, pero tardas media hora para entrar y otra media para salir", explica.

Los que sí se han trasladado al parking municipal desde el primer día son los trabajadores de las subcontratas de la concesionaria. "Ya nos vinimos casi todos y alguno del Sergas", cuenta un grupo que termina el turno en lavandería y que regresaban a sus coches hablando de "los mucho que va a perder" la concesionaria del parking del Cunqueiro. "Antes, o pagábamos 40 euros de bono o nos caía la multa por aparcar mal y hay compañeros con varias", cuentan Dani Costas, Mari Cabaleiro, Mónica Rivas y Cecilia Castro. Aplauden el aparcamiento municipal pero piden una rejilla para cubrir una zanja y que el Concello no cumpla su amenaza de poner restricciones a los que no sean de Vigo en diez meses. "Entiendo que lo hicieron con dinero de Vigo, pero busquen una solución", solicita una de ellas.

Andrea Pazó, de las cocinas del Cunqueiro, lo usa "todos los días". Gracias a él, ha ganado tiempo "para comer con más calma". Como no estaba dispuesta a pagar el bono mensual de 40 euros, llegaba una hora antes a s turno de tarde para conseguir un hueco en la fallida balsa de taxis.

"No venimos por gusto"

Manuel Extremadouro es un habitual del hospital. Una semana sí, una semana no, acude al Cunqueiro a recibir tratamiento y pasa allí entre seis y siete horas que, al salir, se traducían en la misma cifra en euros de coste en el parking. "Ahora pruebo siempre primero aquí [en el municipal] a ver si hay sitio", cuenta este vecino de Pazos de Borbén y añade: "Esta facilidad es muy necesaria, no solo para los vecinos de Vigo". "El que viene aquí no viene por gusto y la combinación de autobuses es fatal", apoya su cuñada, María Teresa Fernández.

Con un familiar ingresado recientemente, José Manuel ha visitado mucho el Cunqueiro y agradece disponer de un espacio gratuito para aparcar. "Es práctico y está cerca", subraya y señala que, con el otro, se dejaba "8 euros cada semana". "Tenía que ser público todos los del hospital", señala y le da "toda la razón al alcalde", Abel Caballero, en esto y en su pretensión de priorizar a los vigueses en el aparcamiento sufragado desde las arcas municipales. "No quiero ser discriminatorio, pero me parece normal".

"Chapó". Así aplaude José Antonio Estévez la construcción del estacionamiento municipal, que le salvó de un roto en la cartera durante el ingreso de su hijo. Ayer, en cambio, optó por entrar en el de pago. "Vengo del trabajo y lo quiero dejar lo más cerca posible para tardar el menor tiempo posible", cuenta, pero censura: "dos horas, dos euros".