Tropezarse en plena navegación con un tablón de grandes dimensiones puede resultar peligroso. Y al propietario de un velero vigués ya le ha ocurrido en tres ocasiones, la última hace solo unos días, cerca de la dársena de Bouzas. Por suerte, en esta ocasión la detectó antes de que le volviese a romper una pala de la hélice y la arrastró hasta los pantalanes del Liceo, donde amarra su barco, con la intención de evitar accidentes de otros usuarios. Luis Silva asegura que estas grandes piezas de madera provienen de los astilleros y que suponen una amenaza. "No se ven en el agua mientras estás navegando y pueden ser peligrosas para embarcaciones ligeras si chocan con ellas", advierte.