El mayor problema al que apunta el Hospital Povisa para la sostenibilidad del concierto con el Servicio Galego Saúde (Sergas) es el aumento que se ha producido en los últimos años en los costes de la medicación. Pero no es el único. Esta semana, el hospital concertado trasladaba a la plantilla que si Sanidade no accedía a dejar de cobrarle por servicios que no tiene en cartera -como la unidad de arritmias o las pruebas PET- el vínculo no sería viable a largo plazo. Pues la Administración no está dispuesta a no facturarle por estas atenciones, pero sí a negociar rebajas en función del volumen de los que le envíe.

¿De cuánto dinero hablamos? Ni Povisa ni el Sergas aclaran la cifra. El gerente del Sergas, Antonio Fernández Campa, asegura que es prácticamente la misma cantidad que el hospital concertado le factura por derivarles pacientes a la unidad de quemados, la de cirugía de la mano, el servicio de maxilofacial, entre otros. "Se compensan", sostiene.

En la tercera de las reuniones puramente de negociación que, ayer, han mantenido representantes de Sanidade y del hospital de la calle Salamanca, los progresos han sido discretos. "Siempre hay avances", defiende Fernández Campa, y se refiere a aumentar el "nivel de fineza" en el análisis de los datos sobre la medicación. La Administración asumirá la adquisición de la medicación hospitalaria de pacientes no ingresados y de alto impacto. Lo que se negocia es cuánto se le retirará a Povisa por ello y la eliminación de riesgos por nuevas terapias. De la cápita que percibe por cada paciente -ahora, 540 euros-, un 13% corresponde a la medicación, pero también recoge fármacos que el Sergas no va a asumir -los de ingresados, por ejemplo-. La próxima semana volverán a sentarse a negociar.

Cuentas del hospital

Povisa ha registrado sus cuentas de 2107, en las que figuran unas pérdidas de 5,4 millones de euros antes de impuestos -4,1 después-, frente a los 4,3 de 2016. Un déficit mayor, pese a que facturó dos millones más -106, frente a los 104 del año anterior-. Se debe al aumento de lo percibido a través del concurso público, ya que recibió 82,9 millones, lo que supone 2,3 más que en 2016. El otro 22% corresponde a su actividad privada, que se mantiene estable. Ha pagado por trabajos realizados por otras empresas 6,2 millones de euros, en los que además de lavandería, limpieza y seguridad, se incluyen las facturas del Sergas.