10.735 km separan la ría Vigo y Hong Kong. Tan distantes y tan increíblemente parecidas. La geografía e incluso algunas costumbres de la región china sorprendieron a un joven gallego que en 2017 decidió cruzar medio planeta para establecerse en la perla oriental. "Tenía ganas de cambio y Asia me llamaba mucho. Barajé varias opciones, entre ellas Japón y Corea del Sur, pero finalmente acabé en Hong Kong, el lugar más fácil para adaptarse al ser una mezcla entre Oriente y Occidente", explica José Luis Fernández.

Lo que no se esperaba este vecino de Moaña es el asombroso parecido que la ciudad asiática mantiene con la ría de Vigo. Un puente que recuerda al de Rande, "leiras" con vistas al mar, "gamelas" y traineras cortando las olas... hasta navajas y vieiras que saben a Galicia.

José Luis, que trabaja como consultor de viajes, suele compartir en sus redes sociales imágenes de su vida en Hong Kong. En sus comentarios destaca lo familiares que le resultan paisajes y hábitos separados por tantos miles de kilómetros. "Aunque la gente se imagina la ciudad llena de rascacielos y supermoderna, solo es así en la zona a la que llamamos 'Central'; la otra parte llamada Kowloon es muy china y tradicional, con barrios populares. También hay islas como Lantau, donde conviven nuevas urbanizaciones con pueblos típicos, templos chinos y playas", describe.

El puente atirantado de Tsing Ma, que une la isla "Central" de Hong Kong con Lantau. // J.L. Fernández

Los vecinos de la ría de Vigo llevan fijada en su retina la estampa del coloso atirantado de Rande. Aunque por el mundo hay dispersos una buena cantidad de puentes de este estilo, como el de San Francisco, el entorno que rodea al de Tsing Ma no podría ser más similar a nuestra ensenada de San Simón. La infraestructura china une el centro de Hong Kong con la isla de Lantau, y con sus más de dos kilómetros es el séptimo viaducto más largo del mundo. José Luis lo cruza a diario para acudir a su puesto de trabajo, otro nexo común con los miles de trabajadores de O Morrazo y la comarca de Pontevedra que se desplazan a sus puestos en la urbe viguesa.

Otra peculiaridad, propia de nuestra tierra, es el hecho de tener "leiras" pegadas a las playas o con espectaculares vistas al mar. Esta estampa, que se repite por toda la ría de Vigo, sorprendió a este moañés en Lantau. "Mientras en el centro el problema principal es la falta de espacio, de ahí las altísimas de torres de pisos, en el rural ocurre lo contrario: muchas personas se retiran a estas zonas para tener una vida más tranquila y cultivar sus pequeñas 'leiras", relata.

Desde ellas se puede escrutar el océano y descubrir sobre su lámina ondulante las "gamelas" y traineras hongkonesas. Galicia y la perla asiática comparten tradición marinera: mientras aquí se celebra la Virgen del Carmen, los asiáticos veneran una vez al año a Tin Hau, diosa del mar y protectora de los navegantes. En el Mar de China, las embarcaciones tradicionales conviven con los rascacielos.

Pero el mar también es lugar para divertirse y hacer deporte. Nuestras traineras reciben allí el nombre de "Dragon Boats" por su decoración. "Todos los que hemos crecido en las Rías Baixas estamos acostumbrados a que el remo sea un evento deportivo por excelencia. Pasa lo mismo aquí, es un deporte propio de Hong Kong y no es sorpresa que haya un equipo formado por españoles, los "Spanish Dragons", comenta el moañés.

Navajas y vieiras frescas en el mercado callejero de Temple Street. // J.L. Fernández

También en la gastronomía nos parecemos. "Les apasiona comer. Salir a almorzar o a cenar es hobby nacional y la comida suele ser tema de conversación", incide José Luis, que destierra la idea de "comida china" a base de arroz, fideos y rollos de primavera, y alaba las recetas cantonesas: "Tanto en los mercados callejeros como en las tiendas, el marisco y el pescado se muestran vivos en tanques de agua". Su sabor ha cautivado su paladar, especialmente el de las "navajas y vieiras que nada tienen que envidiar a las gallegas".

Hasta las playas chinas guardan cierta similitud con nuestros arenales, chiringuitos incluidos. La gran ventaja para este moañés es que no suelen estar muy concurridas ya que para los asiáticos la piel morena es símbolo de pobreza, al asociarse con la tez quemada de los campesinos. Tampoco hay fanecas, pero "en cada playa la zona de baño está acotada por una red antitiburones", destaca José Luis.

Por todos estos motivos, tanto el propio moañés como sus seguidores en redes sociales han llegado a una conclusión forjada a base las fotografías que publica: "Hong Kong es 'igualiña' a la ría de Vigo".