Los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente recogieron en la playa de Rodas a lo largo de 2017 más de 3.000 residuos, la mayoría de ellos, piezas de plástico como botellas o tapones. Sus campañas coincidieron con las pruebas piloto de un novedoso sistema que aspira a mejorar la limpieza de basura marina con la ayuda de drones y que ha sido desarrollado por la Universidad de Vigo durante el último año.

"En septiembre hicimos nuestra última campaña en Cíes para volar y obtener imágenes. Y ahora estamos con las pruebas finales del programa que detecta y caracteriza de forma automática los objetos en las fotografías aéreas. La conclusión es que es posible monitorizar la basura marina de las playas utilizando drones", destaca Fernando Martín, líder del proyecto europeo LitterDrone e investigador del Grupo de Procesado de Imagen (GPI) de la Escuela de Telecomunicación.

"Las ventajas de este sistema consisten en que todas las imágenes quedan grabadas digitalmente con la posición exacta en la que se encontraba cada objeto. Es decir, los usuarios tienen un registro muy completo que pueden revisar desde cualquier lugar en el que se encuentren y que permite ver la evolución de los residuos y las zonas donde se concentran. Incluso si se desarrollan versiones futuras del programa, las imágenes podrán volver a ser analizadas", añade.

El sistema vigués supone una auténtica revolución respecto a los actuales métodos de registro y recogida de basura marina. Medio Ambiente monitoriza 26 playas de todo el país en primavera, verano, otoño e invierno y los técnicos anotan a mano los tipos de residuos que observan durante su recorrido por los arenales en un transecto de 1 kilómetro y otro de 100 metros incluido en el anterior. En el caso de Rodas, es el personal del parque nacional Islas Atlánticas, que solicitó de forma voluntaria su inclusión en la red, el que asume estas tareas de retirada y clasificación.

"Nuestro programa facilitaría un recuento digitalizado en menos tiempo y con menos errores. Y también permite organizar las tareas de limpieza de forma más eficiente porque permite determinar las necesidades de personal. Y la información que recopila la herramienta también resulta de interés para los expertos en oceanografía", destaca Martín.

El proyecto LitterDrone, con una financiación de casi 400.000 euros, finaliza el 31 de enero de 2019. El consorcio también integra a la Asociación Española de Basura Marina (AEBAM) y la empresa Grafinta, así como al grupo I-markt de la facultad viguesa de Económicas. Ellos son los encargados de realizar el estudio de mercado para la futura explotación de la herramienta, el objetivo final de la convocatoria Blue Labs que la seleccionó.

Los expertos realizaron pruebas con dos tipos de drones, decantándose finalmente por un cuadricóptero dotado de cámaras térmicas e infrarrojas para fotografiar el arenal. Los vuelos se realizaron durante las campañas desarrolladas por Medio Ambiente en Rodas desde mayo de 2017 hasta el pasado septiembre para ratificar la eficacia de la herramienta.

"La situación es muy variable, depende de las mareas. Un día la playa puede estar limpia y, al día siguiente, aparecer llena de objetos. En verano, los más habituales son aquellos que proceden de los usuarios de los arenales. Y en invierno llegan muchas piezas de madera, restos de redes y elementos utilizados en las bateas, que pueden ser de madera o de plástico y, por tanto, más problemáticos", comenta Fernando Martín.

Entre los residuos más difíciles de identificar están las colillas, ya que a vista de dron se confunden con la arena. Figuran además entre los más abundantes después de los objetos plásticos, incluso en un área protegida como Cíes. En 2017, el ministerio contabilizó 158 restos de cigarrillos, aunque lejos de los 391 de A Lanzada.