Para paliar la elevada siniestralidad de la autovía A-55 en el tramo comprendido entre Vigo y Porriño, Fomento inició a finales de 2015 una reforma presupuestada en 5,98 millones de euros. Su objetivo era ampliar carriles de incorporación, remodelar accesos y acometer mejoras para aumentar la seguridad del tramo. Los trabajos arrancaron con un plazo de ejecución de 19 meses, con lo que deberían haber finalizado hace más de un año. La razón que entonces se esgrimió para ampliar las obras hasta septiembre de 2018 fue "la presencia de servicios afectados".

Desde Fomento se apuntaba a mediados de septiembre que "a lo largo de octubre" entrarían en servicio "la gran mayoría" de las reformas realizadas. Quedarían pendiente aún los trabajos en la pasarela de Cabral, ya que -anota el ministerio- "es preciso el movimiento de una línea eléctrica de media tensión".