En el cuarto izquierda del número 33 de la avenida de A Florida, un abuela daba el desayuno a su nieta como todos los días. No eran ni las 8 de la mañana cuando vio unas piernas desnudas, con calcetines en el cierre de cristal de su balcón. Llamó a su marido con un "creo que alguien quiere entrar en casa", pero él ya sólo pudo ver la melena morena de la joven que se había precipitado desde el quinto piso. "Cayó resbalando sobre el cristal", lamenta al no haber podido hacer nada por ella.

Los vecinos del rellano oyeron un fuerte golpe cuando la Guardia Civil abrió la puerta de la vivienda. "Después oímos voces, creo que eran los agentes porque decían 'vuelve dentro, agárrate, no te vayas a lanzar'". Enseguida bajaron y ya vieron a la joven en la acera. Y es que al parecer la chica ya estaba en el balcón cuando vio abajo los furgones de la Guardia Civil, por lo que intentó bajar por la fachada para huir. Su novio estaba todavía en la cama cuando entraron los agentes.

La familia reside en el piso de A Florida desde hace una década. "No tengo quejas de ellos", explicaba una vecina. "Salvo la música alta", matizaba otro. "Cuando me quejé, vinieron dos dominicanos a aporrear mi puerta", asegura.