Un importante grupo de 600 edificaciones de la ciudad han tenido que afrontar reparaciones en la cubierta o en las fachadas tras no superar el antiguo informe de la Inspección Técnica de Edificios que desde 2016 se conoce como Informe de Avaliación de Edificios (IAE). Los datos oficiales de la Gerencia de Urbanismo cifran exactamente en 601 las construcciones que obtuvieron un resultado desfavorable en el examen y que han acreditado la ejecución de obras de reforma durante los últimos tres años y medio. Pero el trabajo del servicio de conservación municipal no se ciñe a estos inmuebles. Hay otros 150 bloques de viviendas de principios del siglo pasado en estado ruinoso para las que se decretó el derribo por considerar que la estructura había colapsado y de ellas han sido 70 las que se han logrado tirar, quedando otras tantas pendientes de la obtención de licencia para su demolición.

El balance municipal permite además comprobar que se sigue trabajando en otros 458 expedientes desfavorables donde los propietarios de los inmuebles aún no presentaron proyecto de reforma pese a suspender las evaluaciones técnicas que ahora se centran en el estado de conservación del edificio, las condiciones básicas de accesibilidad universal y la obtención de certificados de eficiencia energética. Antes solo se evaluaba la estructura, pero las actuales pruebas abarcan de forma más global el estado de las construcciones para la calidad de vida de sus ocupantes.

Este casi medio millar de construcciones que tienen expedientes abiertos se corresponden, según explican desde Urbanismo, a casos en los que no presentaron los certificados de finalización de las obras que debe emitir un técnico competente y estar visado por el Colegio Oficial que corresponda y previa obtención de licencia de obras.

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Un repaso al listado general de edificaciones que han tenido que hacer reparaciones sitúa claramente en cabeza a las zonas de Travesía de Vigo, Torrecedeira, Urzáiz, Pi y Margall y Sanjurjo Badía. Coincide que son calles largas, pero también concentran más inmuebles sin rehabilitar voluntariamente en los últimos años, por lo que sobre todo en los elementos voladizos de las fachadas y en las cubiertas han tenido que realizar reparaciones, al igual que otros ocho bloques residenciales de Gran Vía, Hispanidad y García Barbón y media docena en la avenida de Castelao, Llorente, Vázquez Varela, Romil o la calle Príncipe, donde se rehabilitaron dos inmuebles en ruinas, hay otro más en el número 32 firmado por Antonio Cominges pendiente de una importante inversión y un solar vacío en el 36 esperando a que Inditex arranque las obras de un bloque entero destinado a un nuevo Pull&Bear.

En el año 2017 les tocaba presentar el IAE a edificaciones de uso residencial construidas hasta 1919 que presentaron ya la ITE en 2006 y deben renovarla y las de más 50 años que no superaron ningún examen hasta ahora. En este 2018 es el turno de 896 construcciones levantados entre 1920 y 1938 que superaron la inspección en el año 2007 y las que datan de 1968 pero carecen de informes. Se extienden por Valladares, Urzáiz, Ronda don Bosco, Sanjurjo Badía, Elduayen, Cervantes, Ecuador o Alfonso XIII. El listado se puede consultar en la web municipal.

En cuanto a los desfavorables, Urbanismo señala que en el año 2015 fueron 53 de un total de 345 expedientes, lo que supone un 15% de los casos, mientras que en lo que va de 2018 uno de cada cuatro inmuebles está suspendiendo la inspección y tendrá que someterse a mejoras.