Una gran marea verde integrada por centenares de corredores recorrió ayer 9 kilómetros por las principales calles de la ciudad en la XXXV edición de la carrera solidaria de Aspanaex, que salió desde el auditorio de Castrelos a las 10.30. El objetivo era poner el foco de atención sobre las personas con discapacidad intelectual y recaudar fondos para la construcción de una residencia para ellos. Los dorsales tenían un precio de cinco euros para los adultos y de tres para los niños menores de 10 años y las personas con discpacidad.

"Cuando se termine la residencia y paséis por delante, habrá allí un poco de todos los que habéis colaborado a lo largo de estos años", dijo Abel Caballero a los presentes minutos antes de la salida. El alcalde mostró su dorsal con el número 0001 y agradeció a los corredores "los millones de pasos por la solidaridad, la atención, la cercanía y la colaboración en la búsqueda de los derechos para las personas con discapacidad intelectual" que llevan demostrado desde 1983. "El 0001 es el número de Vigo, viva Aspanaex", concluyó efusivo Caballero antes de hacer la cuenta atrás para la salida.

Entre los participantes, se encontraban veteranos como Maricarmen y Sara, madre e hija, que ya han participado en más de 25 ediciones de la carrera. "Corremos porque tenemos amigos en Aspanaex y para visibilizar a estos niños, que se vea que son personas como los demás. Simplemente tienen una discapacidad y lo bonito es su integración en la sociedad, que sean uno más", afirmaron ambas.

A pocos metros y calmando a su perro Sombra, estaban Isabel y Nerea, que se estrenaban en la marcha. "Solemos hacer carreras solidarias y esta nos pareció una buena causa que apoyar. Hacer ejercicio y respirar un poco de aire fresco nunca viene mal", comentaron. Otros corredores se decantaron por la opción de participar en familia, como era el caso de Paula, que integraba un grupo de 10 personas. "Vengo con mi hija, mis padres, mis primos y sus hijos. Algunos hijos de amigos tienen discapacidad y carecen de apoyo económico y social y hay que mentalizar a la gente sobre este grave problema", aseguró.

Dirigiendo la silla de ruedas eléctrica de David, iba Eva, de la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral (APAMP). "Vengo con David, Patricia, Laura, Reyes y Edu. Ellos decidieron venir porque están concienciados de la falta de ayudas que tienen y que también sufren otras personas que están en una situación similar a ellos", comentó. Además, la viguesa quiso destacar las dificultades de estos jóvenes en el día a día "que no son solo arquitectónicas". Tras una jornada previa de zumba antes de la carrera, y una vez recorridos los nueve kilómetros, todos los participantes se mostraron satisfechos y confiados en que Aspanaex pueda tener su residencia en Coia, que actualmente dispone de licencia municipal y está pendiente el inicio de las obras.