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Ciencia contra la desigualdad... en ciencia

La viguesa Ana Vila-Concejo y la ferrolana Irene Delgado-Fernández firman un estudio internacional que cuantifica la escasa presencia de investigadoras de su área en roles de responsabilidad y prestigio

Los siete pasos de WCIGE. // Naomi Edwards

Donna Strickland, la tercera mujer en recibir el Nobel de Física y la primera en 55 años, carecía de perfil en la Wikipedia, al contrario que los dos investigadores con los que comparte el premio, hasta horas después de anunciarse el galardón el pasado martes. La ciencia no es ajena a la brecha de género y los datos no dejan lugar a dudas. La viguesa Ana Vila-Concejo y la ferrolana Irene Delgado-Fernández, natural de Barqueiro, forman parte de un grupo de trece investigadoras de Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia, España y EE UU que han publicado un estudio en Palgrave Communications, del grupo Nature, en el que constatan la existencia de desigualdad en el ámbito de las ciencias y la ingeniería costera y proponen soluciones a través de 7 pasos para mejorar la diversidad. En apenas un mes, el artículo ya está en "el top 1% del mundo" entre los que tienen más impacto en todas las áreas, según el índice Altmetric.

Todas ellas forman parte del comité de Woman in Coastal Geosciences and Engineering (WICGE), una red global con casi 300 miembros que nació en 2016 coincidiendo con la designación de la viguesa como la primera presidenta del International Coastal Symposium. "Desde el principio nos planteamos que, como científicas, no podíamos basar nuestras acciones en percepciones. Así que decidimos recopilar datos para cuantificar el problema y así poder llegar a soluciones. No queríamos simplemente quejarnos, sino actuar y cambiar. Y creo que por esto el artículo ha tenido una recepción tan buena", destaca Vila-Concejo.

Además de estar "firmemente basado en datos numéricos", el estudio incluye información cualitativa sobre las experiencias relatadas por muchas de las personas que respondieron a la encuesta, un total de 314 de todo el mundo.

"Algunas respuestas nos sorprendieron muchísimo por la gravedad de las situaciones que describían: mujeres jóvenes que habían abortado para no sacrificar su carrera académica o doctorandas cuyo director les había pedido que abandonaran su tesis. También recibimos denuncias de hombres que habían sido testigos de comentarios discriminatorios a compañeras, y que obviamente no se sentían bien. En general, hemos encontrado datos claros de discriminación por género, pero también muchas ganas de cambiar las cosas", añade Delgado-Fernández.

La conclusión, tras revisar la presencia de mujeres en diferentes ámbitos científicos y roles de prestigio, es que "el mérito tiene género". Un hecho que reconocen el 88% de las encuestadas frente al 68% de ellos. A pesar de esta diferencia, ambas subrayan el hecho de que más de dos tercios de los hombres estén de acuerdo en que existe desigualdad. "Da una idea de la magnitud del problema. De todas maneras, es importante resaltar que durante los dos años de WICGE nunca nos hemos encontrado con una discriminación intencional. Siempre han sido 'olvidos' que son consecuencia de la cultura que se respira en nuestra área de investigación", apunta Vila-Concejo.

Entre los testimonios recopilados llama la atención que algunos investigadores se quejen de la discriminación positiva. "Es normal que algunos chicos jóvenes se sientan amenazados y piensen que todos los trabajos van a ir a las mujeres. En mi experiencia, eso no es lo que está pasando. Se los llevan ellas si tienen mejor currículo. Lo ideal es que hombres y mujeres tengan la misma probabilidad de ser contratados o de sacarse una plaza", señala Vila-Concejo.

La profesora e investigadora viguesa se refiere a un famoso experimento en el que un currículo con nombre masculino siempre era mejor valorado que el otro con nombre femenino. "Algunas recibimos comentarios de que solo nos han contratado o ascendido por ser mujeres. Son desagradables e innecesarios, pero mi opinión personal es que no me importan si estoy contribuyendo a normalizar que haya mujeres progresando en su carrera", sostiene.

Delgado-Fernández atribuye las quejas de una "minoría" de entrevistados a un malentendido o mala interpretación: "Se trata de justicia, de darle las mismas oportunidades a hombres y mujeres. De remover barreras y que todos nos beneficiemos de un sistema más representativo y justo".

El estudio "evalúa tendencias globales" sin centrarse en ningún país. "He recibido comentarios desde departamentos con más mujeres que hombres o dirigidos por una mujer. Por supuesto que los hay pero, por desgracia, no es lo normal y eso se refleja en el análisis de las posiciones de prestigio de nuestro artículo", apunta Vila-Concejo.

La investigación constata esta diferencia en los puestos de responsabilidad a pesar de que hay más alumnas en las carreras de estas disciplinas. Una realidad que podría aplicarse a casi todos los ámbitos de conocimiento, coinciden ambas, aunque WICGE se centra en un área restringida para "maximizar" su impacto. "Creo que es posible cambiar la cultura y, de hecho, ya hemos hecho muchos pequeños cambios", celebra Vila-Concejo.

Ana Vila-Concejo - Universidad de Sydney (Australia)

"Como científicas, decidimos recopilar datos. No queríamos simplemente quejarnos, sino actuar y cambiar"

Irene Delgado-Fernández - Universidad Edge Hill (Inglaterra)

"También recibimos denuncias de hombres como testigos; hay muchas ganas de cambiar las cosas"

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