Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

O Marisquiño pone como límite el 25 de noviembre para saber si puede seguir con el festival en Vigo

Ese día debe comunicárselo a las tres federaciones internacionales presentes en el evento

O Marisquiño recibió a decenas de miles de personas durante los tres días del festival. // Alba Villar

Hace exactamente cincuenta días una parte del paseo de As Avenidas se derrumbó durante el último concierto de O Marisquiño, dejando más de 450 heridos. El suceso causó un importante cisma entre Puerto y Concello sobre la titularidad de la zona afectada. Por otro lado, esta misma semana quedó constituida la comisión de investigación aprobada por el Parlamento de Galicia el pasado 11 de septiembre. Mientras tanto, el muelle sigue bajo precinto policial y ni siquiera ha sido posible retirar la basura acumulada. Los pasos hasta el momento han sido muy lentos y se prevé que la resolución definitiva de todo lo sucedido se alargue en el tiempo, algo que no tiene la organización del festival. O Marisquiño ha fijado el 25 de noviembre como la fecha límite para conocer si en 2019 continuarán en Vigo o si por el contrario tienen que cambiar de ubicación. Su prioridad es permanecer en la urbe olívica y más concretamente en la zona del Náutico, aunque a día de hoy no tienen noticias de las administraciones.

La fecha no está marcada al azar. Las tres federaciones internacionales (baloncesto, skate y mountain bike) con las que trabajan tienen que cerrar con mucha antelación su programación de 2019 y son ellas las que han puesto el límite a finales de noviembre. La voluntad de la organización es total y en sus planes está volver a instalarse en As Avenidas, aunque no depende de ellos. En los próximos días solicitarán una reunión formal con Concello y Puerto para saber la disponibilidad de la zona y buscar otras alternativas en caso de que fuese necesario. En el horizonte aparece Samil, lugar que O Marisquiño ya analizó y avaló hace un año para acoger algunas pruebas, aunque también podrían ser O Castro o la ETEA, por citar dos ejemplos con amplios espacios. En todo caso debería ser aprobado por Praza do Rei.

El evento firmó hasta 2019 un convenio con gobierno local y Diputación a cambio de unos 400.000 euros anuales, un acuerdo que el Ayuntamiento de Vigo quiere mantener a toda costa. "Debemos tener un cuidado y atención especial con la seguridad para que no se repita un episodio como el vivido este año, pero es una cita muy consolidada en la ciudad", apunta el alcalde Abel Caballero, que reconoce que estudiarán alternativas si la zona del Náutico no está operativa el próximo mes de agosto.

La Autoridad Portuaria mantiene las puertas abiertas a que O Marisquiño, al igual que el Vigo Sea Fest, se celebre en As Avenidas. "Nuestra oferta sigue en pie. No sabemos si el muelle derrumbado estará disponible, pero de todas formas ese espacio es muy pequeño y no tendría que ser un impedimento para ambos festivales", asegura su presidente, Enrique López Veiga, que añade que "elaboraremos de manera más cuidadosa los planes de autoprotección para garantizar al máximo la seguridad de todos los asistentes". Desde la organización del evento aseguran que el espacio, sea en el Náutico o en otra ubicación de la ciudad, debe quedar delimitado antes de final de año para poder trabajar en la distribución de las infraestructuras.

El otro evento que a día de hoy no tiene claro si podrá volver a asentarse en As Avenidas es el Sea Fest. La Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (Arvi), promotora de la cita, envió esta semana una petición formal a Concello y Autoridad Portuaria para mantener una primera reunión en la que valorar qué espacios estarán habilitados. "A nosotros nos interesa que se celebre cerca del mar porque nuestro festival gira en torno a eso. No tendría sentido, por ejemplo, marcharnos a Castrelos, apunta el máximo mandatario de la entidad, Javier Touza. En su caso es optimista de cara al próximo verano "porque todas las administraciones quieren que el evento se consolide en la ciudad". Sin embargo, admite estar "obsesionado" con la seguridad. "Preferimos no celebrar el festival que asumir cualquier mínimo riesgo", zanja.

El reloj ya ha comenzado a descontar días y en lo que a O Marisquiño se refiere, quedan apenas 55 para tomar una decisión que puede cambiar por completo la historia del festival. Organización, Puerto y Concello ya han mostrado su voluntad de que la cita no se vaya de la ciudad, ahora solo queda que los deseos se conviertan en hechos antes de que la cuenta atrás llegue a cero.

Compartir el artículo

stats