Los juzgados de Familia de Vigo no solo se encargan de los pleitos derivados de las rupturas matrimoniales. Esta seguramente sea su labor más conocida, pero entre sus competencias también está el control de los internamientos en psiquiátricos o geriátricos y las incapacidades. Y el gran volumen de estos últimos expedientes, los de las demandas instadas para incapacitar a una persona, sobre todo mayores, obligó a idear un plan de choque para reducir el atasco. Una medida que se aplicará en el último tribunal de Familia creado en la ciudad, el de Primera Instancia número 15, y que empieza hoy mismo. ¿En qué consiste? Pues el juez y un forense se dedicarán de forma exclusiva todos los lunes de este octubre, así como otras tres jornadas del mes que ya tenían asignadas de guardia, a ir a hospitales, residencias o domicilios para examinar a aquellos sobre los que familia o Fiscalía piden limitar su capacidad de obrar. Juzgado e Imelga cerraron ya un calendario que incluye el reconocimiento médico de al menos 40 personas.
El motivo de que esta medida se aplique solo en el tribunal especializado que empezó su actividad el 1 de febrero es que durante seis meses, para liberar de trabajo a las otras dos salas de Familia, se hizo cargo en exclusiva de todas las demandas judiciales de incapacidad registradas en Vigo -así como de otro tipo de procedimientos-. Una situación que, unida a la huelga de funcionarios que paralizó la actividad entre febrero y mayo, generó un importante atasco en este órgano, que se concreta a día de hoy en unos 150 expedientes de incapacidades a la espera de recibir respuesta.
El plan arranca hoy, jornada en la que juez y forense tienen en su agenda la encomienda de examinar a 10 personas, con la posibilidad, según fuentes judiciales, de hacer alguna otra visita. Todos los lunes de octubre, junto a los días de guardia, harán estos reconocimientos. En el calendario de este mes tienen fijados 40, aunque la cifra todavía puede ser mayor.
Para repartir este trabajo, el juzgado facilitó al Imelga las incapacidades pendientes y allí, en función de las salidas que es necesario realizar a domicilios y residencias y la dificultad de los reconocimientos, los forenses concretaron el calendario. El magistrado de esta sala, Daniel Tomás López, explica que con el volumen de demandas sin tramitar existentes, este plan era prioritario para que no se produjese un colapso difícil de gestionar. "Hay meses en los que solo tengo un día de guardia, para incapacidades e internamientos, por lo que era necesaria alguna medida", afirma, agregando que algunos reconocimientos, en función del estado de la persona, se pueden hacer en el propio juzgado. De hecho, durante este octubre hay mañanas en las que recibirán a la persona en dependencias judiciales, pero otros días tendrán que salir a residencias y a domicilios, tanto en Vigo como en Val Miñor.
Informe y juicio
El proceso judicial de una demanda de incapacidad no acaba con el examen del afectado. Eso es solo el inicio. Una vez el forense tiene su informe, hay que celebrar el juicio. Gran parte de ellos son asuntos sencillos. "La mayoría son personas que es claro que hay que incapacitarlas, pero también se producen otros supuestos", indica Daniel Tomás, señalando que ya se ha encontrado con supuestos en los que la persona contra la que se promueve la demanda se opone a la misma, para lo cual está asistido de abogado en la vista. Además, advierte, la capacidad "es reversible". En Vigo ya hubo algún caso de afectados que, controlada su enfermedad, se les reintegró judicialmente la capacidad de obrar de la que se le había privado.
Daniel Tomás López - Magistrado de familia
"En la mayoría de los casos es clara la necesidad de incapacitar; pero hay otros en los que la persona se opone"
