Povisa es un hospital privado, pero la atención que recibe en él una cuarta parte del área sanitaria de Vigo es pública. Así que, si la empresa a la que ha decidido externalizar este servicio básico advierte de "insolvencia inminente", la Xunta tiene un problema. Y más aún si no tiene infraestructura ni medios propios para asumir esas 137.000 cartillas ni una alternativa clara de a dónde llevarlas.

Porque el nuevo Chuvi, tal y como se ha diseñado, no podría soportar este incremento de actividad que, por poner un ejemplo, engrosaría en un 42% la lista de espera para entrar en quirófano. Además, Povisa también aporta al área sanitaria especialidades que el Sergas no ha creado en el complejo vigués, como el Servicio de Cirugía Maxilofacial -con el que sí cuentan los otros dos hospitales de tercer nivel de la comunidad, Santiago y A Coruña- o la unidad de quemados -que se creó tras trágicos accidentes en la industria y que fue pionera en Galicia-.

No solo supone incertidumbre para los pacientes, sino también para los 1.420 trabajadores de la empresa, la tercera del área en plantilla propia tras PSA y Geriatros. Si el hospital concertado se queda solo con la atención a seguros y particulares, esto representa menos de una cuarta parte de su actividad.

Es una plantilla que ha crecido a lo largo de estos años de concierto público tanto en número como en experiencia y ha logrado el certificado más prestigioso de calidad asistencial, el que concede la Joint Commission International.

Esta situación de incertidumbre e inestabilidad en la sanidad viguesa, lamentablemente, no es nueva. Ya se vivió en los casi seis años que se dilató la negociación del actual concierto. Cuatro años después, en su ecuador, regresa.

Povisa se planta. Alega que no solo no gana con la interpretación que Sanidade hace de este texto, sino que pierde. A razón de 10 millones al año. Como prueba, alude a sus cuentas auditadas y a un informe encargado a expertos externos. Para los que atribuyen sus pérdidas a falta de eficiencia, compara el gasto medio por habitante con el de la EXOI de Vigo y la de A Coruña y asegura que es "significativamente muy inferior".

Sanidade sabe desde hace tiempo de una situación que acaba de reventar. En un sentido o en el otro, debe adoptar una solución ágil para los pacientes por cuya atención debe velar.