Abel Caballero urgió ayer al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, a que "no se esconda y dé la cara" para encontrar una solución al problema de Povisa, que ayer solicitó preconcurso de acreedores, ahogada por unas pérdidas millonarias que atribuye a la insuficiente dotación económica del Sergas. El regidor exige al titular de la Xunta que "actúe ya, sin perder más tiempo, porque en caso contrario va a dejar tirados a 137.000 pacientes y más de 1.400 trabajadores". Por su parte, Elena Muñoz, presidenta del Partido Popular, llama a las partes a llegar a un acuerdo, sobre el que se mostró "optimista". Y el portavoz de Marea, Rubén Pérez, critica a los rectores de Povisa, a quienes acusó de "tratar a los trabajadores del hospital como elemento de presión para negociar".

El alcalde entiende que con Povisa "llueve sobre mojado". A su juicio, la Xunta ha "maltratado sistemáticamente" a la ciudad en el terreno sanitario, y sitúa al frente de ese "desprecio" a Núñez Feijóo. En el caso de Povisa, apremia al Sergas a ofrecer "una solución inmediata" porque "el concierto firmado en su día es insuficiente para atender a la población". "No podemos tolerar que Feijóo quiera castigar a Vigo ahorrando dinero en la sanidad pública; está jugando con la salud de los ciudadanos, que es lo más importante que existe", advierte.

Caballero mantiene que la Xunta no solo no ha querido resolver un conflicto que lleva meses encima de su mesa, sino que "lo ha agravado intencionadamente". Una política que extiende al conjunto de su gestión sanitaria en Vigo y su área. "Nos utilizan como conejillo de Indias: nos han impuesto el único hospital privado de Galicia, con un parking abusivo; tenemos centros de salud prometidos sin construir desde hace años; desviaron población sanitaria a Santiago; dejaron al Cunqueiro sin el servicio de esterilización ni el laboratorio central, el Meixoeiro infrautilizado con camas vacías... y así podríamos seguir. Por eso, en Vigo existe un clamor contra el conselleiro Vázquez Almuiña, un señor que tiene el mérito de haber conseguido una de las movilizaciones en su contra más multitudinarias de la ciudad", asegura el alcalde, que remata con una exigencia: "Basta ya de experimentos en Vigo con la sanidad".

Frente a la posición crítica de Caballero, la presidenta del PP vigués, Elena Muñoz, se muestra "optimista" sobre una pronta solución, aunque admite que el problema es importante. "El preconcurso es una muy mala noticia, porque Povisa realiza un gran trabajo por la salud pública de los vigueses y los vecinos de su área. A día de hoy, su labor es imprescindible", una afirmación que le lleva a solicitar a la dirección del hospital y al Sergas a llegar a un acuerdo, sobre el que no entra en detalles. "Confío en que haya una solución rápida y que las dos partes encuentren la vía para ello".

Muñoz admite que el anuncio del preconcurso no le sorprendió -"sabía que existían esos problemas económicos"-, y entiende que una decisión una tan "drástica" solo la puede tomar "una empresa que se encuentra en una situación complicada; no se toma porque sí. Yo confío en la seriedad de los gestores de Povisa".

Además, revela que trasladó personalmente al Sergas "y al conselleiro" la petición de que "se busque una solución, porque estamos ante un tema de salud pública, no estamos hablando de cualquier empresa". Muñoz asegura que Vázquez Almuiña "sabe y valora la importancia de Povisa para Vigo y su área, y estoy convencida de que está en su voluntad encontrar una solución, y yo, sinceramente, no me planteo otro escenario".

"Arma arrojadiza"

Muy crítico se muestra también el portavoz de Marea, Rubén Pérez, pero en otra dirección: contra los gestores de Povisa. A su juicio, los responsables del hospital "están utlizando a los trabajadores como elemento de presión, como arma arrojadiza para lograr más financiación, una estrategia que no es nueva".

Pérez se manifiesta preocupado por el futuro de los casi 1.400 empleos y censura abiertamente al hospital por recortarles las nóminas a sus empleados. Además exige conocer las "cuentas reales" de Povisa, las que recoge el concierto y sus balances a fin de año. Porque para el portavoz de Marea, esa contabilidad está marcada por "la opacidad" y descarta que el futuro del centro hospitalario esté entredicho. "La viabilidad de Povisa no está en juego; no va a acabar en liquidación. Esto es solo una operación financiera para, primero, aliviar cargas y después obtener más dinero público", censura.

Finalmente, Pérez considera que el conflicto con Povisa debería aprovecharlo la Xunta "para replantearse de una vez su política sanitaria en Vigo y su área; debe planificar e invertir en sanidad pública, crear nuevas infraestructuras y reforzar otras existentes, como el Meixoeiro. Para nosotros la mejor noticia sería que Povisa cerrase como hospital público y traspasase sus trabajadores al Sergas. Sería un alivio".