Povisa se planta. El hospital vigués ha trasladado esta mañana a sus trabajadores que ha solicitado preconcurso de acreedores tras no haber podido hacer frente al pago del IRPF de este mes debido a las pérdidas que arrastra desde 2014 derivadas del concierto público con el Sergas, que cifra en unos 42 millones de euros. Se abre ahora un periodo de tres meses en los que tratará de llegar a un acuerdo con su principal cliente -la Xunta- para evitar llegar a un concurso de acreedores.

Povisa cuenta con 1.500 trabajadores y atiende a unos 137.000 pacientes de la sanidad pública, la mayoría de Vigo, Val Miñor y O Morrazo.

La situación, según explicaron los responsables del hospital al comité de empresa, es de especial criticidad. Estos expusieron que el Sergas, desde un principio, ha realizado una interpretación diferente del conciertointerpretación diferente del concierto firmado con el hospital en 2014, lo que se ha traducido en importantes pérdidas que en ningún caso tienen que ver con la asistencia prestada a los pacientes privados (aseguradoras y particulares). Apuntaron que Povisa ha podido hacer frente -hasta ahora- a estas pérdidas gracias al fondo de reserva con el que contaba la empresa, que no ha repartido dividendos entre sus accionistas en los últimos 25 años. Pero ese fondo se ha agotado, comprometiendo su viabilidad.

La decisión de solicitar el preconcurso de acreedores -que da una tregua de tres meses para intentar llegar a un acuerdo y esquivar la antigua suspensión de pagos- se debe a la falta de respuesta del Sergas, al que a lo largo de los últimos meses han trasladado la delicada situación que atravesaba el hospital en busca de una solución que permitiese compensar parte de las pérdidas.

Povisa solicita, entre otras medidas, que Sanidade asuma el coste real de la medicación dispensada por el hospital a pacientes no ingresados, lo que, asegura, no ha ocurrido hasta ahora; y que el Sergas deje de descontar al hospital el coste de actividades realizadas por terceros (la EOXI de Vigo, principalmente), que nunca formaron parte de su cartera de servicios y que no había tenido que pagar en convenios anteriores.

El concierto con Sanidade

A Sanidade y a Povisa les costó pactar este concierto y tuvieron que prorrogar el anterior durante cuatro años. El acuerdo llegó con la anterior gerente del Sergas, Nieves Domínguez, y con Rocío Mosquera al frente de la consellería. Entró en vigor en septiembre de 2014 y tiene una vigencia de ocho años con otros dos de prórroga -hasta finales de 2024-. Supuso un vuelco en el modelo del convenio. El hospital dejaba de cobrar por la actividad que generaba su área asignada -principalmente, Val Miñor y O Morrazo- y pasaba a hacerlo por cada uno de las cartillas adscritas. En concreto, 540 euros. No puede superar los 139.000 usuarios y estos tienen libertad para irse al Chuvi. También Povisa puede captar pacientes de una parte limitada del área durante un mes cada año.