Es la protagonista femenina del Otoño Lírico con el que la Asociación de Amigos de la Ópera de Vigo celebra su 60 aniversario. La soprano Maribel Ortega interpretará el rol principal en sus dos grandes citas: la versión concierto de "El holandés errante", con la que el sábado se estrena el ciclo -20.30 horas, en Afundación-, y también en "Macbeth", con la que concluye el 4 de noviembre. La de esta semana es una coproducción con Amigos de la Ópera de Santiago y la Real Filharmonía de Galicia -que traerá a su director titular, Paul Daniel- y en la que participa el Coro de la Sinfónica de Galicia.

-¿Cómo acaba una licenciada en Ciencias Químicas como cantante profesional?

-No lo sé muy bien. Siempre he querido cantar, aunque no profesionalmente. De niña y de adolescente estaba en corales y cuando quise estudiar canto, con 18 años, no se dieron las circunstancias. Decidí hacer algo relacionado con mi tierra, el vino, y por eso opté por Químicas. Luego, se volvió a presentar la oportunidad de aprender a cantar y, terminada la carrera, empecé estudios no oficiales. La soprano salmantina María José Sánchez me escuchó y me alentó a dedicarme profesionalmente. Me chocó. Suponía un giro, pero en 3 años sucedieron cosas que me plantearon la necesidad vital de darme esa oportunidad. Me lié la manta a la cabeza y me fui a Barcelona ya con 32 años, muy tarde, entre comillas. Estudié en el Liceo y el coro del teatro me dio una oportunidad profesional.

- ¿Así que el mensaje es que nunca es tarde?

-Quiero pensar que siempre hay una oportunidad, si tu deseo es sincero, y que hay muchos caminos. Los obstáculos siempre los hay y, sobre todo, los que nos ponemos nosotros, que nos autoboicoteamos. Cuando el deseo es más grande que eso, vas abriéndote paso, aunque sea tarde. El canto también es un camino de desarrollo personal. Leí a Arteta decir que todo el mundo debe cantar, lo haga bien o mal. Estoy totalmente de acuerdo. El canto va intrínseco a nosotros. Es muy importante para liberar cosas, para ser más felices, aleja la depresión. Hacer disfrutar a los demás y disfrutar uno es un privilegio y un regalo, por eso me siento afortunada. No por eso es fácil perseguir un sueño, pero merece la pena.

- En su primera visita esta temporada, el sábado, interpretará a Senta. ¿Cómo es el personaje?

-Es una joven enamoradiza, muy romántica. Me identifico con ella en mi adolescencia, cuando leía libros de aventuras y leyendas, y soñaba ser la heroína de alguna historia. Tenía mucha fantasía y era muy creativa. No es un personaje actual, pero busco esa influencia en mí y de la idea de dejarte fascinar por un ideal que va más allá de lo que te depara la vida. Ella está prometida, pero no quiere verse envuelta en lo que está predestinado para ella por su padre. Le fascina la leyenda del holandés y salvar a ese pobre desdichado que navega por los mares. Es una joven idealista que cree en el amor, la redención y la salvación a través de la muerte, que es lo que Wagner transmite en sus óperas. Es limpia, libre de maldad. Se siente ese ángel divino que va a redimir al holandés, por lo que se entrega sin dudarlo.

-Es la segunda ópera de Wagner que protagoniza. ¿Qué tal se lleva con este compositor?

-Nos estamos conociendo. Soy consciente de que, por muchas cosas, Wagner es un compositor que da mucho respeto. Además, no es fácil cantar en alemán y llegar a la esencia del idioma y de lo que Wagner quiere transmitir. Para mí es un reto y un desafío. Sin embargo, mi voz y mi alma se sienten cómodas cantando a Wagner. No solo "Siegfried", que canté en Oviedo el año pasado y es de mayor envergadura, sino sus lied y arias de otros personajes. Le tenía mucho respeto a su música y se lo sigo teniendo, pero una vez que te metes dentro y te invade, te eleva el alma. Para mí es terapéutico. A este personaje le veo mucha conexión con la italianidad de Verdi y el romanticismo. Es un punto de conexión con la opera italiana, que vengo cantando.

- Precisamente, su segunda visita es con Verdi, con Lady Mcbeth. ¿Cuáles son las diferencias de las protagonista femeninas de ambos compositores?

-A nivel de lo que es la psicología del personaje no hay ninguna similitud. Encuentro que con Senta, en "El holandés errante", hay una italianidad que después Wagner quiere mantener, porque es un amante del bel canto, pero sigue otra trayectoria. Lady Macbeth, como viene con un trasfondo psicológico de Shakespeare, tiene un peso dramático que Senta no. Vocalmente también es más exigente. Lady Macbeth fue el tercer personaje de mi carrera y es un talismán para mí. Es el personaje que más me incendia a nivel vocal, a nivel dramático y de las posibilidades de mi voz.

- ¿Con doce años de experiencia en la lírica española, como ve el panorama de la ópera en el país?

-Es una pregunta complicada y delicada. En España falta estructura empresarial desde la enseñanza estudios, para enfocar el mundo de la lírica con éxito. Y, por supuesto, para apoyar el producto español: cantantes, directores, músicos? ¿Terminas el conservatorio y después qué? Te tienes que ir fuera para completar estudios, para trabajar, cuando tendría que dirigirte a una salida profesional. Es una pena ver que tanto talento de España se tiene que ir fuera para ser reconocido. España no tiene una red de teatros como Alemania u otros países. Incluso a nivel de seguridad social, como puede ser cualquier otra profesión. Veo unas carencias que no sé cómo se pueden resolver.