Hace exactamente un mes de la última caída de un viandante en el paseo de madera de Bouzas que forzó al Concello de Vigo a tomar la iniciativa de anunciar una revisión estructural del muelle que discurre en paralelo al paseo de Paz Andrade en Bouzas. El alcalde planteó una reunión técnica a tres bandas con Zona Franca y la Autoridad Portuaria que llegó a convocarse para la semana siguiente pero fue suspendida por problemas de agenda. Desde entonces no ha habido novedades y la zona sigue vallada por motivos de seguridad. El encuentro donde debe dictaminarse el estado de la estructura y si es necesario su refuerzo para poder reabrirla o llega con reponer las maderas que la recubren aún no se ha producido ni hay fecha fijada.
Desde el Consorcio estatal que preside David Regades aseguran que están "a la espera de una nueva convocatoria del Concello" que decidió citarlos como responsables en su día de la ejecución de los trabajos. La segunda administración implicada es el Puerto, desde donde mantienen que tras el primer intento fallido "aún no nos han convocado", extremo que corrige Praza do Rei haciendo alusión a los dos correos que se enviaron en septiembre recordando que siguen pendientes de una respuesta de Praza da Estrela para sentarse.
En la primera carta enviada al Puerto el 30 de agosto, el gobierno local deja clara la "plena disponibilidad del personal técnico municipal para celebrar la reunión en cualquier momento". Este ofrecimiento se reiteró por correo electrónico días después y al no obtenerse respuesta, el 17 de septiembre se envió una nueva comunicación dirigida a la directora del Puerto explicando que no constaba contestación en el Concello.
El gobierno local explica que después de esta fecha aún hubo un último contacto telefónico en el que la Autoridad Portuaria quedó de responder ofreciendo un día para la reunión, pero por el momento no se concretó nada, el acceso al muelle pilotado sigue vallado por precaución y en un mes no se ha podido iniciar la revisión sobre el estado de la estructura pese a tratarse de una zona muy transitada.
El compromiso asumido a finales de agosto por el Concello fue revisar el paseo entre todas las administraciones implicadas para adecuarlo a la normativa vigente, que exigiría a día de hoy una barandilla en el extremo más próximo al mar. Se trata, como sucede en As Avenidas, de una zona donde se solapan las competencias entre la administración que ejecutó la obra -Zona Franca-, la titular de la infraestructura portuaria y la responsable del mantenimiento, que sería en este caso el ayuntamiento. En esa reunión pendiente y los estudios que de ella se deriven se determinará qué tipo de daños sufre el paseo y a quién correspondería subsanarlos para evitar nuevos heridos como el septuagenario que acabó en Urgencias el pasado 24 de agosto.
