De los 37 desfibriladores externos automáticos (DEA) y semiautomáticos (DESA) instalados por el Concello en complejos deportivos, aún no se han empleado ninguno. Tampoco a la Fundación Pública de Urxencias Sanitarias de Galicia 061, encargada del registro de estos dispositivos fuera del ámbito sanitario, le consta que los más de 60 existentes en el municipio -excluyendo los instalados en ambulancias, ya sean públicas o privadas- hayan sido utilizados por ciudadanos.
La instalación de estos dispositivos en espacios públicos es una de las líneas en las que los especialistas insisten en que hay que avanzar para aumentar la supervivencia en las paradas cardiorrespiratorias. La Xunta apoyó esta demanda a principios de 2017 con una normativa que regula su instalación y simplifica los trámites para su implantación. Desde entonces, la presencia de estos aparatos de fácil manejo se ha disparado en la ciudad. El Concello, por ejemplo, ha apostado por dotar a todos sus pabellones, campos de fútbol, complejos deportivos y piscinas. "Quisimos que en Vigo hubiera un número importante de desfibriladores y continuaremos instalándolos", destaca el alcalde de Vigo, Abel Caballero.
Sin embargo, la población aún no ha empleado los municipales y a Urxencias Sanitarias tampoco le consta que se hayan utilizado los que tiene registrados en centros educativos -como la Universidad-, edificios públicos -como el aeropuerto o la terminal de cruceros-, comisarías, superficies comerciales, empresas... Y cualquiera que lo utilice debería alertar al 061 tanto para recibir indicaciones correctivas, como para que la central movilice el soporte que se precise.
Solo consta su uso por parte de profesionales sanitarios o de emergencias. En concreto, además de en sus ambulancias, el 061 tiene noticia de que también recurrió a este dispositivo una de Protección Civil. Además, los han empleado el servicio de socorrismo de las playas de Vigo, dotado con 12 desfibriladores automáticos. En verano de 2017, los usaron en dos ocasiones, recuperando ambas paradas en el arenal, y este año lo hizo en tres ocasiones y logró mantener a dos de ellos con vida hasta el traslado al hospital.
Los DESA de nueva generación tienen un uso muy sencillo y se deben emplear con las maniobras de reanimación cardiopulmonar siempre que estén disponibles. Colocando unas pegatinas al paciente, miden en todo momento el ritmo del corazón y deciden solos si es necesaria una descarga, para lo que darán indicaciones claras. Solo hay que seguir sus órdenes. Los especialistas advierten que hay que avanzar en la formación de la población en este asunto.
