Una zona sobre la escollera de Bouzas donde el paseante pueda presenciar bajo sus pies peces y crustáceos alimentándose alrededor de un bosque de algas. La creación de este ecosistema natural es el principal atractivo del "Peirao do Solpor", como así ha bautizado el Puerto al proyecto consistente en el pilotaje de tres extensiones que parten del dique exterior hacia la ría unidas entre sí por una sección central. De estos tramos colgarían sujetas a cuerdas como las de una batea las estructuras generadoras de esa vida marina que los vigueses podrán observar a través de un suelo parcialmente acristalado. Pero este es el objetivo final. Antes de dar por cerrados los detalles de este singular vivero, la Autoridad Portuaria esperará a los resultados de unas pruebas piloto que realizará en una dársena céntrica.

"Queremos ilusionar a los vigueses con esta iniciativa y por eso les animamos a que se conviertan en espectadores de los ensayos". Doctor en Biología, el presidente del Puerto, Enrique López Veiga, valora con especial entusiasmo un proyecto en el que lleva trabajando más de un año el Departamento de Sostenibilidad y que precisamente esta semana, en colaboración con el Infraestructuras, perfila la ejecución de la prueba piloto. Porque aunque decidido a hacer realidad este observatorio de vida marina, en esta fase todavía incipiente de la iniciativa el responsable portuario considera "fijos" solo unos pocos aspectos.

Como su ubicación. El emplazamiento elegido es la escollera exterior de Bouzas, arrancando cerca del Paseo dos Peixes y con orientación probable hacia al mar enfilándola con el Museo do Mar. de Alcabre. También el acceso público a todo el ámbito está garantizado, e incluso la autorización para la pesca deportiva.

Tres millones, coste estimado

El resto de características, incluso el material que se empleará en la construcción de este muelle pilotado aunque la madera se valore como primera opción, "están condicionadas a los ensayos", comenta el jefe de Sostenibilidad, Carlos Botana. Aun así, el Puerto tomó como referencia una serie de datos recogidos en un primer informe elaborado por el departamento de Sostenibilidad al objeto de hacerse una idea aproximada de la inversión que requeriría la obra. Partiendo de una longitud media y anchura de 60 metros y 3 metros, respectivamente, el presupuesto estimado en Praza da Estrela alcanzaría los tres millones de euros.

Una cifra que tampoco asusta a los promotores convencidos de que el Peirao do Solpor cuenta con muchas posibilidades de captar fondos comunitarios a la convocatoria que Vigo pretende presentarse junto a Melilla. Una iniciativa ya testada por esta Autoridad Portuaria fue de hecho la que inspiró a los mentores del proyecto vigués. Denominada "Nereidas 1", recogía C02 mediante la siembra y recuperación de algas marinas mediterráneas autóctonas en lecho marino y zona rocosa en la dársena melillense. "En el caso de Vigo sería el primer ejemplo con estructuras verticales utilizando la experiencia de las bateas de mejillón mediante el uso de cuerdas o mantas", expone Botana.

López Veiga hace una precisión: "Somos soñadores pero realistas y queremos hacerlo con la seguridad de que va a funcionar ". De esta manera vuelve a recalcar que antes de tomar por definitivas las características de esa nueva zona sobre el mar "se esperará a los resultados de la experiencia piloto que de igual manera podrán apreciar los vigueses por la elección de una dársena urbana para llevarla a cabo". La prudencia pesa además sobre los plazos de este proyecto. El Puerto prevé que la instalación no estaría lista hasta 2020.

En lo que respecta al ensayo se propone comenzar el próximo año. Como posibles aguas donde desarrollarlo se están considerando las situadas frente al edificio de Portocultura. Para este test se aprovecharán estructuras en desuso como tramos de pantalán. A estos se amarrarán cuerdas extendidas hacia al fondo a las que se sujetarán las diferentes estructuras potencialmente generadoras de vida. Y ya hay una empresa, israelita, que ha ofrecido innovadores sistemas de atracción de especies.

"Nécoras en las dársenas"

Esta acción se enmarca dentro de la que figura en la estrategia del Crecimiento Azul ( Blue Growth) bajo el epígrafe "Nécoras en las dársenas". Encaja, además, con la nueva filosofía de los puertos que apremiados por las directrices de la Comisión Europea están obligados a reducir la huella de carbono mediante acciones de carácter medioambiental.

El Puerto de Vigo se propone cumplir esta exigencia por dos vías: una dirigida a la reducción de gases, de ahí las medidas encaminadas a racionalizar los consumos por ejemplo del agua o la implantación de energías renovables como la instalación de paneles solares en su sede y en las lonjas de O Berbés. Y la otra vía aspira a la captación de C02.

Este objetivo puede conseguirse mediante dos modalidades, la que el presidente portuario define como regeneración "pasiva", en la que incluye el dragado "ecológico" de la dársena interior de Bouzas que está a punto de comenzar, consistente en una limpieza total del fondo para que vuelva a repoblarse de flora marina. Y la regeneración "activa", que persigue la fijación de plantas marinas a estructuras artificiales para que estas actúen como motores de crecimiento de vida marina, justo lo que aspira el Peirao do Solpor.