La facturación por transferir el conocimiento generado en la Universidad al tejido económico y social se redujo en 1,2 millones de euros en 2017. Las arcas de la institución académica ingresaron el año pasado 5,1 millones frente a los 6,4 de 2016 pero muy cerca de los 5,7 del año anterior.

Los contratos con empresas aumentaron un 22% hasta alcanzar los 3,4 millones de euros, sin embargo, la cuantía de los encargos procedentes de la Administración pública registró una gran caída, de casi 2 millones de euros, tras haber registrado un considerable despegue el año anterior.

De esta forma, si en 2017 abonó a la universidad viguesa un total de 2,3 millones bajo este concepto, la factura del año pasado se quedó en 419. 362 euros, por debajo incluso de los 573.180 de 2015.

En el cómputo general, los 106 contratos de investigación firmados con administraciones y empresas constituyen el grueso de los ingresos -4 millones de euros-, mientras que los 503 informes generados por los expertos de la Universidad le supusieron unas ganancias de algo más de un millón en 2017 y los 11 cursos impartidos, de 28.500 euros.

Por ámbito geográfico, los mayores ingresos proceden de clientes de Galicia -2,9 millones de euros-, mientras que del resto de España llegaron a la institución 1,9 millones. La facturación con clientes de la Unión Europea supuso casi 43.009 euros y curiosamente fue mayor con los extracomunitarios, un total de 237.969 euros.

Los investigadores de la rama tecnológica son los que desarrollan mayor transferencia desde sus laboratorios a las empresas e instituciones, a pesar de que la cuantía total se redujo en 1,4 millones en 2017 respecto al año anterior. Sus 334 informes, 66 contratos y 9 cursos suponen 3,4 millones de euros.

Les siguen sus colegas del ámbito científico, que facturaron por sus 150 trabajos externos algo más de un millón, cerca de 118.000 euros más que en 2016.

Por su parte, la transferencia del área jurídico-social aportó 647.938 euros por 48 encargos y la humanística, 55.371 por 13.

La facturación de los centros de I+D supone el 9,3% de los ingresos totales. El Centro de Investigaciones Biomédicas (Cinbio) sumó unos ingresos de 7.660 euros, el 54% procedentes de clientes de la propia universidad viguesa y el resto de empresas -41%- y otras instituciones públicas -5%-.

La Estación de Ciencias Marinas de Toralla alcanzó una cuantía similar -7.147 euros-, el 74% de procedencia interna y el 20% de contrataciones y servicios para empresas. Y el Cacti, el centro de apoyo científico y tecnológico, facturó 469.437 euros, de los que un 67% llegaron de fuentes externas -un 35% de otras instituciones públicas y un 32% de empresas-.

Patentes y "start-ups"

La Oficina de Transferencia de la Universidad (OTRI) sumaba 218 patentes nacionales activas en 2017 frente a las 203 de 2016. A lo largo del pasado año se solicitaron 27 patentes, 11 de ellas internacionales, y se concedieron otras 11, 10 nacionales. Además se pusieron en explotación un total de 7, la mayoría también de ámbito español, y se firmaron 7 contratos de licencia.

También se registró un software creado por investigadores vigueses y el número de start-ups creadas en 2017 casi duplicó al del año anterior llegando a un total de 9.