La senda verde que unirá Urzáiz con Chapela a través de un jardín elevado sobre la antigua plataforma ferroviaria da un paso determinante hacia su ejecución. Esta semana se aprobará en la Junta de Gobierno Local el proyecto de implantación del futuro carril bici y paseo peatonal que permitirá recuperar para disfrute de todos los ciudadanos un total de 56.278 metros cuadrados de superficie en desuso desde que en agosto de 2011 entró en funcionamiento el Eje Atlántico. El Concello dispone ya del diseño definitivo y por primera vez pone cifras al proyecto. La intención municipal es licitar la obra antes de que finalice el año por 1.439.900 euros y cuyo cronograma establece un plazo de ejecución de seis meses, por lo que debería estar ya abierta al público a lo largo del próximo verano.

El ayuntamiento y Adif firmaron el pasado mes de abril el contrato de alquiler de los terrenos a cambio de un pago anual simbólico de 3.000 euros y de forma inmediata se encargó la redacción del proyecto que se inspira en el parque urbano "High Line" de Nueva York abierto en 2009 y que en España encuentra una docena de precedentes como la ruta desde Oviedo a Fuso de la Reina, la Vía Verde del Pas en los Valles Pasiegos o la Ruta de La Garrotxa (Cataluña). Vigo quiere formar parte de este selecto club de urbes que dan una segunda oportunidad a los antiguos trazados ferroviarios integrándolos en la vida diaria de sus vecinos y para ello plantea una senda verde que se unirá con el viario urbano directamente en dos zonas, en Baixada a Mestre Chané y la avenida de Buenos Aires.

La futura senda se prolongará durante 3,59 kilómetros hasta el límite con Chapela (Redondela) y tendrá un ancho mínimo de cinco metros. Reserva tres para un carril bici sobre hormigón coloreado y destina los otros dos al paseo peatonal en suelo en jabre no arcilloso. Así consta en el proyecto que será aprobado a finales de esta semana y con el que se pretende "potenciar el ocio saludable entre la población y fomentar el conocimiento del patrimonio y su protección" conservando tramos de raíles y demás elementos ferroviarios sobre el terreno como puede ser parte de la señalización, que convivirá con el nuevo mobiliario para que esta zona de esparcimiento conserve siempre parte de su esencia vinculada al tren.

El proyecto municipal contempla el acondicionamiento de la actual zona de vías y de las áreas adyacentes para transformarlas en zonas de descanso miradores o apeadores con paneles informativos y zonas de aparcamiento. Hay que mejorar el drenaje del terreno y una parte fundamental de la actuación estará enfocada a conseguir una buena iluminación a lo largo de todo el trazado para garantizar la seguridad. Está previsto respetar parte de los postes existentes que en su día sostenían la red aérea de electrificación de los trenes para el futuro alumbrado.

La implantación de la vía verde tiene un plazo de ejecución de seis meses que arrancará a final de año o principios de 2019 por el levantamiento de los tramos de vía que no sean necesarios y la demolición de algunos muros y estructuras existentes para allanar el suelo e instalar nuevas redes de abastecimiento. Desde el primer momento se distribuirá el terreno para dejar espacio suficiente para la zona de bicicletas, el paseo peatonal y las numerosas zonas verdes previstas a lo largo de estos casi cuatro kilómetros. Por medio de pantallas vegetales se intentará aislar a los usuarios del ruido en las zonas donde la AP-9 discurra más próxima.

Sin personal ni IVA, el presupuesto de ejecución material es de un millón de euros, siendo la partida más importante -221.000 euros- la destinada al alumbrado público, seguida por el acondicionamiento del carril bici y la construcción de los accesos y aparcamientos por otros 181.000 euros cada una.