Han sido muchos los enfrentamientos políticos y personales protagonizados por Abel Caballero y Alberto Núñez Feijóo, pero pocas veces se ha visto al alcalde de Vigo responder al presidente de la Xunta con tanta contundencia. La fractura abierta por el accidente de O Marisquiño y las primeras declaraciones del popular tildando lo ocurrido de "bochornoso" siguen dejando secuelas y ayer el regidor atribuyó a su "inquina política antiVigo" las últimas valoraciones de Feijóo acusándolo de "arrogante" y lamentando la imagen "lamentable" que rodea al hundimiento del mulle de As Avenidas.

Caballero aseguró que asume "los insultos" del presidente de la Xunta cuando participa "en un aquelarre con Casado, sus másteres y sus carreras tan bien acabadas en un acto de partido". Pero rechazó de plano que se recurra a atacar en esos términos a un alcalde desde la rueda de prensa oficial posterior al Consello de la Xunta de todos los jueves. "El presidente se dedica a insultar desde su rueda de prensa oficial porque está furioso y no soporta que esta ciudad avance. Opta por la descalificación y se le nota la inquina política contra esta ciudad. Le supera que Vigo avance", insistió el regidor en respuesta a las duras declaraciones del líder del PPdeG del jueves asegurando que si el Concello hubiera gestionado sus competencias "nada hubiera ocurrido".

Caballero se mostró duro, pero quiso reenfocar el tono del enfrentamiento. "No contesto a insultos. Ni es ni va a ser mi estilo. Solo digo que Feijóo sabe que esta ciudad no lo quiere y está enfadadísima con él también por sus últimas declaraciones sobre O Marisquiño. Está furioso y tiene que entender que es lo que tiene cuando alguien durante años castiga a una ciudad, que luego Vigo le responde una y otra vez con palabras y con sus malos resultados electorales en todas las convocatorias", abundó el regidor en alusión a que en Vigo el PP logró el peor dato de las autonómicas en las urbes gallegas y para las municipales le pronosticó "un descalabro inenarrable".

Caballero reprochó al presidente autonómico su actitud "contra Vigo". "Se paseó por medios nacionales diciendo que el agua era mala, luego se intenta llevar el Celta fuera y esto fue ya lo último. A él le gustaría que Vigo estuviera paralizada como A Coruña, Ferrol, Santiago u Ourense, pero Vigo avanza y progresa con un gran consenso además acerca de que las cosas van bien. Y es eso lo que Feijóo no soporta", reiteró por última vez el alcalde en su rueda de prensa diaria.