Aunque las estadísticas muestran que la carga de trabajo no fue significativamente mayor este verano con respecto a otros meses del año, la sensación en el juzgado es distinta. "La primavera, el verano, las semanas después de las navidades... son épocas malas, con rachas de muchos casos, con semanas complicadas", explican.

Suba o no el trabajo en julio y agosto, el volumen de detenidos y de casos en tramitación es alto todo el año. Y en períodos como agosto la situación se complica al haber menos personal en el juzgado, y también en otros servicios como el Imelga, por las vacaciones: "Hay menos funcionarios, todo va más lento".