El gobierno local quiere estar preparado ante futuros episodios de sequía como los registrados en Vigo y su comarca a finales del año pasado, cuando la escasez de precipitaciones provocó que los embalses que surten a la ciudad y su área marcasen mínimos históricos. Para que no se reproduzca el problema en el futuro proyecta la construcción de una nueva presa junto a la de Eiras, en Fornelos do Monte, que permitiría duplicar las reservas de agua. Desde Praza do Rei estiman que la capacidad de la instalación actual, en niveles máximos, solo asegura el abastecimiento para siete meses. Con este nuevo embalse, que supondría una inversión de 54 millones de euros según un estudio realizado por Aqualia hace una década, Vigo pasaría de los 22 hectómetros cúbicos (hm3) actuales a los casi 40 que podrían albergar ambas instalaciones, lo que garantizaría el suministro durante más de un año.

El proyecto municipal ya lo conoce la ministra de Transición Ecológica y Medio Ambiente, Teresa Ribera, que este martes mantuvo un encuentro con el alcalde Abel Caballero para abordar, entre otras cuestiones, el problema del abastecimiento de agua en la ciudad olívica. "La ministra entendió el problema, la dificultad y la necesidad de afrontar los efectos del cambio climático con nuevas actuaciones", apuntó ayer el regidor vigués, que hizo hincapié en la obligación de realizar cuanto antes el trasvase de emergencia desde el río Verdugo al Oitavén acordado con la Xunta de Galicia en diciembre. "Somos medio millón de personas físicas y 700.000 equivalentes que no pueden tener riesgo serio de desabastecimiento por ausencia de formas de acopiar el agua", apostilló el primer edil.

Para el Concello la mejor solución a largo plazo pasa por construir un nuevo embalse pegado al de Eiras. Fuentes municipales señalaron a este periódico que pese a que esta propuesta presenta un coste elevado y un periodo de tramitación y ejecución largo, asegura el suministro futuro con agua de calidad y no necesitaría de bombeo al ir todo el sistema por gravedad, tal y como también apuntó Caballero.

El alcalde olívico anunció que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que él mismo preside, estudiará la situación puntual de Vigo en una de sus próximas reuniones. "Es preciso desarrollar un nuevo proyecto para adelantarse al cambio climático", señaló le regidor, que destacó la respuesta "altamente satisfactoria" de Ribera.

El estado de los embalses que surten a Vigo y su área (Eiras llegó a estar al 38% y Zamáns al 35%) a finales de 2017 provocó que Aqualia remitiese un informe a la Xunta de Galicia en el que especificaba que de mantenerse las condiciones de sequía y caudal ecológico el agua dejaría de ser potable en un plazo de 25 días. Finalmente las fuertes precipitaciones recogidas en diciembre devolvieron la normalidad a todos los vigueses.

En el último informe emitido por Augas de este martes Eiras roza el 86% de su capacidad y Zamáns se sitúa en el 73%. Caballero aseguró que "este año tenemos tres semanas más de decalaje que en 2017", aunque pidió consumo responsable "en Vigo y en todos los municipios que abastecen la presas". Además, avanzó que a partir del 1 de septiembre contactará con la Xunta de Galicia para reclamarle la adopción de medidas encaminadas a prever y evitar problemas en el abastecimiento de agua.