"El 40% de la población es hipertensa y en el caso de las personas mayores aumenta hasta el 70%", destaca el doctor Crespo, que realizó su tesis doctoral en el marco del proyecto sobre cronoterapia en ancianos y defiende el uso de la monitorización ambulatoria como prueba diagnóstica en los centros de salud gallegos.

A pesar de que el proyecto ha alcanzado una gran repercusión internacional, la red ha tenido que superar la falta de financiación en nuestro país. "En EE UU nos dijeron que allí no serían capaces de hacer un estudio similar en 25 años. Hasta ahora siempre nos hemos mantenido con fondos de investigación. La red debería tener continuidad y lo ideal sería llegar a un acuerdo entre la Universidad y el Sergas en el área de Vigo o a nivel de toda Galicia. Si se quiere beneficiar a más pacientes se necesitan más dispositivos de monitorización y cada uno de ellos cuesta unos 2.000 euros. Y también hay que mantener el software", enumera.

Mientras tanto, los miembros de la agrupación siguen trabajando en nuevas líneas. Una de ellas es determinar hasta dónde es recomendable bajar la tensión de los pacientes.