La progresiva recuperación del casco histórico y las batidas periódicas de personal de FCC por el casco urbano han propiciado que las desagradables pintadas que en otras épocas afeaban enclaves del centro de la ciudad se hayan reducido de forma considerable. Hoy son mucho más puntuales y salvo en zonas de conflicto competencial como el Náutico, se retiran a los pocos días para evitar daños sobre las superficies afectadas. De forma indudable, la ampliación del programa "Vigo ciudad de color" con docenas de murales y medianeras ya rehabilitadas ha tenido un efecto reparador incrementando el respeto por el espacio público al impulsar un mejor aprovechamiento de las paredes vacías, pero quedan todavía en el municipio media docena de focos vinculados al ocio nocturno donde de forma reiterada se repiten las pintadas sobre el suelo de piedra, el mobiliario público o las paredes de edificios próximos.

La brigada específica de FCC que integran dos trabajadores y destinada a estos cometidos retiró en los últimos tres años y medio un total de 551 pintadas, lo que supone una media de trece al mes y alrededor de tres a la semana. Se trata de un trabajo continuo que no da tregua, si bien el volumen total de actividad se ha ido corrigiendo en los últimos años. "Desde que estamos desarrollando el programa de arte urbano en las medianeras, las pintadas en Vigo se redujeron", coincide Abel Caballero en alusión al hecho de que en 2015 se realizaron 203 intervenciones que cayeron a 160 al año siguiente y a 123 en el último ejercicio. Este año van al mismo ritmo con un total de 65 pintadas contabilizadas de enero a finales de julio. La superficie total que se limpió fue de 303 metros cuadrados. Cada año va descendiendo el número, pero los vándalos siguen actuando sobre paredes, persianas, bancos, papeleras, elementos de publicidad exterior o cristaleras.

Y los datos demuestran que este tipo de conductas incívicas siguen muy vinculadas al ocio nocturno puesto que el listado oficial de zonas donde se realizan más limpiezas son Praza da Estrela, O Berbés, la Zona del Náutico y Teófilo Llorente, en este orden, seguidas por Rosalía de Castro y Cánovas del Castillo. Por ser también los "lienzos" predilectos de los vándalos, la concesionaria de limpieza aplica en estas zonas protectores antigrafiti que crean una superficie protectora sobre la piedra impidiendo que la pintura se fije con fuerza y haciendo que la retirada sea más sencilla. Hasta el momento, los dos métodos más frecuentes para acabar con la sociedad eran máquinas de agua a presión y disolventes, aunque estos últimos estropean algunas paredes y en Vigo se realizan ya desde hace un tiempo análisis de las pinturas para ver su composición y preparar cócteles específicos más eficaces y menos agresivos para las superficies más delicadas.