Fue un referente en los años 50 y 60 y tocó el cielo en 2002, cuando el Concello le otorgó la Medalla de Oro de la Ciudad. Ese galardón, sin embargo, fue el principio del fin del Centro Portugués en Vigo, una institución que roza los cien años de vida y que intenta recuperar el lustre de antaño. Tras una década oscura en la que apenas tuvo actividad, la entidad sigue dando pasos hacia delante para volver a servir de nexo entre Galicia y Portugal. Uno de sus principales objetivos a corto plazo es encontrar un local en la ciudad que pueda acoger su colección de libros. "Tenemos catalogados más de 3.000 ejemplares y desde hace años están guardados en un trastero. Ese no es lugar para ellos y queremos ponerlos a disposición de la ciudad", comenta Bernardino Crego, su presidente.

De origen gallego aunque con familiares en Lisboa, el mandatario fue director del centro entre 1992 y 2001. En aquella época introdujo los cursos de portugués en Galicia e incorporó para la institución a las primeras lectoras lusas en la comunidad. La institución gozaba de gran prestigio en toda la urbe olívico y el norte de Portugal y también tramitaba todo el papeleo necesario para cruzar la frontera. Todo cambió con el nuevo milenio. "Nos dieron la Medalla de Oro y la siguiente decisión fue dejar morir la entidad", critica Crego, que acudió al rescate en 2014. "La comunidad de propietarios donde teníamos nuestro local reclamó el importe de las deudas acumuladas y me pidieron que solucionara el problema. Lo fácil hubiese sido darle una muerte digna, pero no estaba por la labor y desde entonces estoy trabajando en su recuperación", señala el presidente.

Una de las opciones que baraja la directiva es la de situar su biblioteca en el barrio histórico y ya le han solicitado un local al Consorcio del Casco Vello. "Además de los libros tenemos un archivo documental muy extenso que recorre los más de 90 años del Centro Portugués. Creemos que puede resultar muy interesante para todos los vigueses y ojalá encontremos un lugar para ello", comenta Daniel Lago, vicepresidente.

La institución se encuentra preparando la programación cultural del próximo curso, que arrancará en septiembre con un coloquio internacional sobre Plácido Castro, que consiguió durante el IX Congreso de Nacionalidades Europeas de 1933 que Galicia fuese reconocida como una nación. El evento central tendrá lugar en marzo. El Centro Portugués quiere homenajear a las científicas lusas y planea dar visibilidad a su figura con la presencia en Vigo de numerosas investigadoras. "Portugal es uno de los países con más científicas en el mundo y queremos rendirles tributo", indica Crego. A mayores organizarán exposiciones, conciertos, charlas y encuentros sobre diferentes personalidades y lugares del país vecino.

Buena parte de esos actos se celebrarán en el local de la Asociación de Vecinos do Calvario, con quienes ya han llegado a un acuerdo para trasladar allí sus actividades. También se encuentran en conversaciones con la Escuela Oficial de Idiomas, donde planean llevar a cabo conferencias u obras de teatro más multitudinarias. En algunas ocasiones se trasladarán a varias urbes portuguesas para dar a conocer allí la cultura y literatura gallega. "No pararemos de trabajar hasta situar a la institución en el lugar que se merece", destacan los dos mandatarios.