El conflicto de competencias entre Autoridad Portuaria, Concello y Zona Franca tiene en Bouzas otro de sus ejemplos más claros. Hace años que los desperfectos que acumula el paseo que discurre a ambos lados de la Praia do Adro son noticia en los medios de manera recurrente y propician docenas de denuncias ante las tres administraciones. La propia asociación de vecinos de la villa aseguraba ayer que todos los meses de mayo presenta por registro en Praza da Estrela y Praza do Rei un informe con los desperfectos que detecta sin que hasta ahora se le haya dado respuesta por ninguna de las partes. Pero el desplome en As Avenidas durante la celebración de O Marisquiño y las lesiones sufridas por un peatón en una última caída registrada el jueves por la tarde en este concurrido espacio parece que han sido suficientes para mover ficha.

La Policía Local procedió el mismo día del accidente a precintar parte del muelle de madera pilotado que discurre en paralelo al paseo de Paz Andrade y tras una primera inspección realizada ayer, el Concello acordó vallar sus aproximadamente 200 metros de longitud e impedir el tránsito de peatones hasta que se haga una revisión exhaustiva de sus soportes. "Es una medida preventiva para adelantarnos a cualquier situación. Queremos que se haga una revisión estructural", avanzó el alcalde, Abel Caballero, antes de anunciar que técnicos del Concello convocarán a técnicos del Puerto y del Consorcio estatal a una reunión para pactar las condiciones de esa inspección. El regidor recordó que se plantea esta reunión a tres porque se trata de "las tres administraciones implicadas en la construcción del paseo", si bien la falta de delimitación clara de las competencias ha impedido que hasta ahora se sometiese el paseo de Bouzas a una reforma que lleva años esperando.

La peor parte se la lleva el paseo que discurre en paralelo al carril bici que rodea la terminal de vehículos de Zona Franca, donde losetas hundidas, levantadas, barandillas oxidadas y fuentes sin uso unido a una discreta iluminación ponen en peligro a viandantes y patinadores que utilizan a diario este espacio.

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Así está el Paseo de Bouzas, tramo a tramo

Así está el Paseo de Bouzas, tramo a tramo // Alba Villar

La zona donde se produjo el último accidente se sitúa justo enfrente, en el paseo pegado al casco histórico de Bouzas. La Policía Local recibió el jueves a las tres de la tarde aviso por una caída en la vía pública. Un señor de 70 años tropezó con una madera levantada y precisó asistencia médica. Fue en el muelle pilotado donde numerosas maderas hinchan debido al calor y la humedad y provocan este tipo de percances de forma habitual. "Estos pequeños accidentes ocurren a diario. Yo mismo me tengo caído", lamentó el presidente de la asociación de vecinos de Bouzas, José Vidal Sangabriel, muy crítico con la actuación de las tres administraciones. "Esto es tierra de nadie como sucedió en el Náutico. Bouzas está repartido como un pastel y al final ninguno de los implicados resuelve el problema", reiteraba ayer a mediodía al tiempo que exigía una respuesta integral a lo ocurrido.

El compromiso del alcalde es someter este paseo de madera a una "revisión estructural" y adecuarlo a la actual normativa que, por ejemplo, exigiría una barandilla en el lado más próximo al mar por motivos de seguridad. Su objetivo es "tener la certeza de que todo está en condiciones y, si no es así, reforzar la base", puntualizó Caballero, sin concretar cómo será el reparto de tareas hasta después de esa cumbre con Puerto y Zona Franca.

El conflicto competencial es una constante en todo el borde marítimo vigués. La situación de Bouzas es similar a la que destapó el accidente de O Marisquiño sobre a quién compete el mantenimiento de As Avenidas y los muelles, se da también en el jardín de Areal que reformó el Puerto y mantiene el Concello y en alguna zona más como la playa ubicada detrás del Museo del Mar. Una valla impide a los viandantes que accedan al arenal tras el hundimiento de la rampa de hormigón por la que se accede. Hay tres administraciones implicadas pero la situación se prolonga desde hace meses. El Concello entiende que este espacio corresponde a la Xunta mientras que el Ejecutivo gallego señala a la Dirección General de Costas. Pero entre medias, esta bajada sigue sin arreglar y los peatones se arriesgan bordeando el socavón.