Deporte y ciencia comparten muchos valores -esfuerzo, superación, rigor, dedicación y compromiso- además de beneficios para la sociedad. Sin embargo, no gozan de igual aprecio y reconocimiento entre los ciudadanos. A pesar de ello, a los investigadores no les falta pasión ni tenacidad para insistir en la importancia del trabajo que desarrollan y los efectos calamitosos que causan los recortes en el avance de un país.

Tanto es así, que el equipo ciclista por la ciencia recorrerá más kilómetros que los profesionales de la Vuelta -casi 1.000 frente a 327,4- y en 5 etapas en lugar de 21. Y además, al bajarse de la bici, les esperan los asistentes a sus charlas en lugar del masajista.

Más allá de comparaciones divertidas, lo cierto es que los científicos buscan símiles con el deporte para darse a conocer en la sociedad y despertar vocaciones. Un ejemplo es la Selección Española de Ciencia que elaboran desde hace 4 años el CSIC y la revista QUO. Y en el último equipo Vigo no tuvo un Aspas, sino dos: Antonio Figueras y Alejandro Ocampo.