Por tercer año consecutivo y tras el frenazo sufrido en 2014, la planta de Balaídos del Grupo PSA volvió a superar en 2017 la cota de los 5.000 millones de euros en ventas. En concreto, la sociedad (Peugeot Citroën Automóviles España S.A.) que gestiona la factoría alcanzó una facturación de 5.046 millones de euros, lo que da una media diaria de casi 14 millones de euros. Solo el Grupo Inditex puede presumir de unos ingresos superiores en Galicia.

Aun así, la cifra de negocios es ligeramente inferior a la de 2016 (5.153) pese a que 2017 fue un año de más producción (435.000 unidades, un 2,5% más que el año anterior). Esto se explica por las variaciones en el tipo de cambio (la fortaleza del euro perjudica las transacciones a algunos países) y el coste medio de los propios vehículos (algunos en su etapa final de vida, como las antiguas Berlingo y Partner). Según las cuentas que la propia compañía envía al Registro Mercantil, el valor añadido de PSA-Vigo supera los 500 millones de euros, y el gasto personal se sitúa en los 321 millones de euros, siete millones menos que en 2016.

En cuanto al beneficio, el resultado del ejercicio 2017 fue de 48,5 millones de euros, casi la mitad que un año antes (91,8 millones), y un 60% menos que en 2015 (124). La planta juega un papel crucial en la recuperación económica de PSA, que ha pasado en tiempo récord de pérdidas multimillonarias a récords de beneficios y a consolidarse como segundo fabricante de Europa tras integrar Opel. La facturación del consorcio superó los 38.000 millones en el primer semestre, con unos beneficios de 1.481 millones.