El bonobús para obtener descuentos en el transporte urbano cambió hace escasos cuatro meses. Tras varios años utilizando la famosa tarjeta verde de Vitrasa, los usuarios disponen ahora de la PassVigo, un sistema inicialmente pensado para los vigueses pero que una decisión judicial obligó a distribuirlo también entre los vecinos de los municipios cercanos. Y ya se han emitido más de 140.000.

El nuevo monedero electrónico, que a diferencia de su predecesor no necesita ser introducido en ninguna ranura sino que se activa con solo acercarla a la máquina de cobro, está previsto que también pueda ser empleado para abonar las tasas de la ORA, las instalaciones deportivas, la adquisición de entradas para espectáculos y las bibliotecas. Incluso el alcalde Abel Caballero deslizó de que sirva para pagar las carreras en los taxis.

Pese a que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Vigo obligó al Concello a entregar tarjetas a todos aquellos ciudadanos de otros lugares que la solicitasen, desde Praza do Rei idearon un mecanismo para que fueran diferentes a las ya emitidas entre los vigueses. De esta manera el gobierno local pretende distinguir entre los usuarios censados en la urbe olívica y los de fuera para, por ejemplo, utilizar gratis el aparcamiento municipal en el hospital Álvaro Cunqueiro.