Las cifras de empleo mejoran. Pero una cosa son los datos globales y otra la calidad de los puestos de trabajo que se crean y la cualificación requerida. En el conjunto de Galicia, el 60% de los acuerdos laborales afectan a personas con la Educación Secundaria completada frente a un 13% de los universitarios que encontraron trabajo a lo largo de 2017. Son Santiago y Vigo las que logran mejores porcentajes de empleo de alta cualificación con una representatividad del 17% en el caso de la urbe olívica. Los reservados a vecinos que solo realizaron el Bachillerato o el antiguo COU son el 63% del total, casi cuatro veces más, situación que se repite pero con una brecha todavía superior en Pontevedra, A Coruña o Lugo.

Ourense presenta datos aún más preocupantes con uno de cada cuatro contratos con la única exigencia de Educación Primaria, frente a un 13,5% de contratos formalizados por personas con titulación superior. Estos desequilibrios registrados a nivel autonómico se deben en gran medida al auge del sector servicios con empleos de escasa cualificación mientras que la recuperación en la industria, por ejemplo, va más despacio.

Respecto a la duración de los contratos, el gran drama sigue siendo su elevada temporalidad. En el caso vigués solo un 4,2% de todos los firmados en 2017, según los datos oficiales, eran indefinidos, mientras el 50% fueron eventuales y el resto sujeto a alguna de las otras modalidades. La temporalidad afecta más a las mujeres y la mayoría de estos acuerdos eventuales tienen menos de seis meses de duración.