"Abrir Vigo al Mar" no fue un proyecto sencillo. Zona Franca convocó el concurso en el año 1993 y tuvieron que pasar tres años hasta que se inauguró el túnel de Beiramar y uno más hasta que se completó la reordenación de la superficie con la nueva Praza da Estrela, la reforma de O Berbés y el entonces denominado Paseo de Elduayen que hoy se conoce como paseo de As Avenidas o jardines de Montero Ríos. Zona Franca ejecutó las obras, el Puerto de Vigo se comprometía a entregarle una compensación por los espacios en concesión y el Concello se encargaría del mantenimiento. El problema es que las discrepancias arrancaron en cuanto se volvió a permitir temporalmente que los usuarios del puerto deportivo aparcaran sobre el paseo renovado y que más tarde accedieran por As Avenidas camiones de gran tonelaje al sellarse la entrada al puerto por la paellera.

El borde litoral fue siempre una zona de conflictividad entre administraciones por el reparto de los costes de mantenimiento de las obras incluidas en el convenio a tres bandas firmado hace 25 años. El muelle de hormigón hundido esta semana no formaba parte del proyecto de Vázquez Consuegra, pero lo que dejó a la luz el gravísimo accidente es que las discrepancias no solo afectaban al mantenimiento en superficie, sino a quién debía hacerse cargo de la inspección de unos muelles de los que no hay constancia que se supervisaran en décadas. En el año 2008 el arquitecto ya denunciaba en FARO sentirse "avergonzado" por el estado del paseo y el "maltrato" de la zona. "Nunca nadie se preocupó por el mantenimiento", aseguraba ya hace diez años.