El viejo sueño de la Asociación en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Aspanaex) de contar en Vigo con una residencia para garantizar la asistencia a sus usuarios más mayores está un poco más cerca. La Gerencia de Urbanismo aprobó esta semana la licencia de obra solicitada por la presidenta del colectivo, María Teresa Galisteo, para reformar y ampliar el edificio del antiguo centro de especialidades de Coia y convertirlo en unas instalaciones modernas para el cuidado de personas con necesidades especiales. El presupuesto de ejecución material asciende a 2.404.131 euros, a los que habría que sumar unos 850.000 euros más en equipamiento, tal y como avanzaron sus responsables en la presentación pública del proyecto el pasado mes de octubre. Al acto invitaron al Concello y a la Xunta, que se comprometió a colaborar a través de Política Social. Pero siguen buscando apoyos para completar el inmueble.

El edificio se encuentra abandonado desde que en septiembre de 2015 se trasladara a Pizarro la Unidad de Fisioterapia, que fue la última en desocuparlo tras la reordenación de servicios del Sergas motivada por la apertura del Álvaro Cunqueiro. Desde entonces se encuentra sin uso a la espera de una segunda vida que se avanzó en enero del año pasado cuando la Tesorería de la Seguridad Social aceptó la petición de Aspanaex de cederle este espacio durante ocho años prorrogables por otros ocho.

La gestión del proyecto no ha sido sencilla y ahora da sus primeros pasos para rehabilitar el antiguo centro de especialidades construido en 1973 y que ya no se adapta a ninguna normativa. Son 4.582 metros cuadrados de superficie construida repartidos entre el semisótano, la planta baja y las tres superiores. La edificabilidad se rectifica en 181 m2 para dotar a la construcción de escaleras de emergencia.

Durante los últimos ocho años la entidad ha explorado diversas alternativas hasta que solicitaron la cesión del inmueble de Coia que iba a quedar sin uso. Estiman en 18 meses el plazo necesario para rehabilitarlo y construir una residencia para personas con discapacidad intelectual que contará con 58 plazas, 34 para personas con grandes necesidades de apoyo y otras 24 para usuarios con mayor autonomía. El plan incluye la apertura de un centro de día y todo ello orientado a evitar que las personas con discapacidad tengan que seguir dejando su ciudad cuando necesitan de un servicio similar.

La licencia establece que el plazo de inicio no podrá exceder de seis meses y el de terminación en tres años, aunque puede prorrogarse. En su presentación Aspanaex ya avanzó que podría ejecutarla por fases e ir abriendo plantas en función de la demanda que detecten.