Cuatro generaciones de la familia Sanjurjo se reúnen hoy para recordar al inventor de la boya submarina lanzatorpedos, Don Antonio Sanjurjo Badía. El motivo: se cumplen 120 años desde que "El Habilidades" (nombre con el que era conocido Don Antonio) probó la eficacia de su artefacto en la poza de Guixar, frente a un gran número de curiosos. Su bisnieto Manuel Sanjurjo Blein relata a FARO que "en la botadura del 11 de agosto de 1898 coincidieron mi bisabuelo, Antonio Sanjurjo Badía, con otro bisabuelo mío, el alcalde Primitivo Blein Costas".

Con el aniversario de este día histórico para la ciudad olívica a la vuelta de la esquina, sus descendientes se adelantan al acontecimiento y acudirán hoy al Museo do Mar para la celebración de un acto oficial que conmemora la botadura exitosa de la boya lanzatorpedos, que se encuentra expuesta en el citado museo. Posteriormente, la Capilla del Parador de Baiona acogerá una misa en recuerdo de los miembros de la familia que ya no están. María Jesús Sanjurjo, nieta del excepcional inventor, será quien encabece estas ceremonias.

"Al submarino lo llamaba el FARO en aquel entonces 'el invento del señor Sanjurjo'", recuerda, nostálgico, Sanjurjo Blein. La primera botadura tuvo lugar la mañana de un jueves de finales del siglo XIX, y las pruebas terminaron dos días después. Así se confirmaba que el submarino funcionaba y podía moverse y sumergirse hasta 20 metros de profundidad. Quedaron sin ser probados los lanzatorpedos, que constituían precisamente la cara novedosa del invento.

Así, con 18.000 pesetas (108 euros), Sanjurjo Badía poseía el único elemento que podría proteger a la ciudad de un posible ataque por parte de la Armada de Estados Unidos, país con el que España estaba en guerra en territorio caribeño. Por esta razón, cuando Don Antonio salió por la escotilla del submarino de combate, ondeó dos banderas: en una mano, la de Vigo, y en la otra, la insignia nacional sobre la que su esposa, Doña Concepción Otero, había bordado el lema "por España". Tanto esta última bandera como la boya lanzatorpedos se encuentran expuestas en el Museo do Mar.

Vinculación con Julio Verne

Los descendientes de Sanjurjo lo afirman con toda seguridad: "El Habilidades" y el autor francés se conocieron durante las semanas que Verne pasó en Vigo al averiarse su yate Saint Michel.

Manuel Sanjurjo Blein añade que su abuelo contaba en 1956 cómo conoció a Julio Verne. "Había tenido una avería en los tubos en 1878. Verne ya había escrito 'Veinte mil leguas de viaje submarino' y mi bisabuelo hablaba muy bien el francés, porque había estudiado en una escuela cristiana de Francia".

En aquel momento, el abuelo de Sanjurjo Blein hablaba de "un tal monsieur Verne", una figura que en aquel momento no estaba tan mediatizada como hoy, por lo que no se dieron cuenta de quién se trataba. Estos hechos no se pueden confirmar, pues durante un incendio en 1941 se quemó la carta que acreditaría el encuentro.