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La UCI, una escuela para salvar vidas

Medicina Intensiva del Cunqueiro pone en marcha talleres para formar a familiares de los pacientes

En una parada cardiorrespiratoria, los pulmones dejan de funcionar y no llega oxígeno al cerebro. A los 30 segundos empieza a causar daño neurológico. A los tres minutos, ese daño es irrecuperable. Y cuantos más tiempo transcurra sin atención, menos posibilidades tiene la persona de salir con vida. Un 80% de los fallecimientos por este motivo se producen en el hogar y la mayoría son ante testigos, que podrían iniciar sencillas maniobras para intentar suplir las funciones respiratoria y circulatoria. Pero son pocos los que saben hacer esta reanimación cardiopulmonar (RCP). Se estima que si toda la población estuviera formada, se recuperarían un 20% más de casos. Con distintos programas, en el Servicio de Medicina Intensiva del Álvaro Cunqueiro se han propuesto contribuir a este objetivo.

Trabajan con colegios desde hace tres cursos, durante los que han llegado a unos 800 alumnos -a partir de los 12 años, cualquiera tiene suficiente fuerza para realizar estas maniobras-, y se planean colaborar con empresas grandes o instituciones como la Universidad. La jefa de servicio, la doctora Dolores Vila, cuenta que también se han puesto la meta de formar a todo el personal sanitario de la Estructura Organizativa de Xestión Integrada (EOXI) de Vigo. Desde noviembre de 2015, llevan un millar de trabajadores. Desde el mes de mayo, han empezado a dirigirse a otro colectivo: el de los familiares de los pacientes de UCI y de UCI cardíaca.

"Nuestros pacientes son de más riesgo, con mucha patología coronaria y respiratoria, y candidatos a tener problemas luego", explican los doctores David Mosquera y Aida Fernández Ferreira, coordinadores de los programas de RCP en el Chuvi. De ahí la conveniencia de que las personas que suelen estar a su lado sepan cómo reaccionar ante una parada cardiorrespiratoria. Desde que hace dos meses pusieron en marcha en el Álvaro Cunqueiro esta Escuela de Familiares, por su aula han pasado casi 30 personas. Siguen el ejemplo del complejo ourensano (CHOU), que la pusieron en marcha hace un año y medio. La idea fue del doctor José Miguel Martínez y la ha reglado Jesús Priego Sanz, director del proyecto. Quieren seguir unos criterios homogéneos para poder medir resultados y realizar investigaciones.

Bajo el lema "As túas mans suman, axúdanos a salvar vidas", en estos talleres repasan la cadena de supervivencia. Empezando por reconocer que una persona sufre una parada cardiorrespiratoria -si no responde y no respira con normalidad-. De ser así, lo primero es llamar al 112 -o pedir que lo haga otra persona si hay más testigos- e iniciar inmediatamente la RCP hasta que el paciente se despierte o lleguen los servicios de emergencias.

El personal de la central de emergencias del 112 darán indicaciones telefónicas que pueden ser seguidas también por aquellos que nunca han realizado una RCP, pero será más complicado hacerlo bien que si ya se ha practicado antes. Sobre todo, por la tensión del momento. De hecho, consideran que sería conveniente un "reciclaje" cada dos años.

A muy grandes rasgos, se debe colocar al paciente boca arriba, a ser posible, sobre una superficie rígida como el suelo. Se coloca el canto de la mano en el centro del pecho, entre las mamilas, sobre el esternón. Se pone la otra mano encima entrelazando los dedos y estirando los brazos en perpendicular a la víctima, con los codos bloqueados. Se deja caer el peso del cuerpo para realizar las compresiones, 120 cada minuto, tratando de hundir cinco centímetros el pecho. Insuflar aire es optativo, por la posibilidad de contagio de algún tipo. Serían dos ventilaciones -suaves, como una respiración normal- por cada 30 compresiones.

Además de la formación de la población, la otra línea en la que los doctores destacan que es necesario avanzar es en la colocación de más desfibriladores automáticos (DEA) o semiautomáticos (DESA). Siempre que haya una disponible, hay que usarlo lo antes posible. Cualquiera puede usarlo, son muy sencillos. La propia máquina estima la necesidad de una descarga e indica las instrucciones a seguir.

Los próximos talleres, para familiares de pacientes de las UCIs, se realizarán el 14 y el 28 de agosto y el 11 y el 25 de septiembre. Es necesario apuntarse en la secretaría de UCI. La iniciativa está enmarcada en la nueva filosofía de humanización en la que se ha embarcado el servicio.

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