Abel Caballero afirmó ayer que con David Regades "cambia la forma de entender" la Zona Franca: "Todos iremos a favor, ya no habrá otras influencias". Y criticó que con la anterior delegada se utilizaron fondos para fines que no forman parte del "objetivo central" del organismo, como programar centros de FP fuera de Vigo (en alusión al campus de FP anunciado en alianza con la Xunta), un vivero de empresas en Baiona -"donde la Zona Franca no tiene presencia"- o los recursos que se le dieron a la Xunta para recobrar dos zonas de la antigua ETEA.

Sobre esto último, reveló que la Intervención General del Estado ha realizado una serie de "objeciones" a la operación de recuperación del edificio Faraday y de una parcela, por un monto de 5,5 millones de euros, para la cesión del derecho de superficie a la Universidad de Vigo por un plazo de 40 años. Según explicó, la Intervención plantea que esos 5,5 millones "se contabilicen como pérdidas" que pudo haber ocasionado esta operación a Zona Franca, que el edificio en cuestión "está mal valorado" y la calificación a 40 años vista "tampoco está bien hecha".

Precisamente este punto fue el que originó el enfrentamiento entre Caballero y la anterior delegada, Teresa Pedrosa, y fue el principal argumento para que los vocales socialistas votaran dejar sobre la mesa los presupuestos del organismo. Un sentido del voto con el que se alineó el presidente de Rodman y que le costó su destitución por pérdida de confianza de Pedrosa.