El gobierno vigués apela oficialmente a un consumo responsable de agua. Los datos de los embalses son buenos y tanto Eiras como Zamáns se encuentran ocho puntos por encima del dato de ocupación de 2017, pero ante la falta de garantías sobre las lluvias de otoño y el aplazamiento sin fecha del trasvase de urgencia pactado con la Xunta, el alcalde solicitó ayer colaboración a los vecinos para adoptar medidas de carácter "preventivo" y dejó claro que no se va a limitar el suministro a la industria: "Vivimos de ella", replicó.

"Hay que estar preparados ante una eventual sequía. Nos tenemos que curar en salud y si tomamos medidas ahora tendremos más reservas para aguantar el otoño si viene seco", incidió el regidor, que responsabilizó directamente a Núñez Feijóo de que el área de Vigo se encuentre en la misma situación que el año pasado en caso de problemas. "Tenemos que tomar precauciones porque Feijóo una vez más no atendió a Vigo. Lo que hizo fue una traición a esta ciudad", insistió el socialista en alusión al pacto alcanzada entre Concello y Xunta para ejecutar un trasvase de emergencia del Verdugo al Oitavén al que se recurriría solo en caos de necesidad. El Ejecutivo gallego decidió aplazarlo ante la falta de consenso y Caballero ha convertido el abastecimiento en el "principal problema" de la ciudad, que abordará con la ministra de Transición Ecológica el día 28 a la que planteará la necesidad de que la Xunta ejecute el proyecto pactado mientras no se busca una solución a más largo plazo con un trasvase de más capacidad, una segunda presa o una conducción desde el Miño.

Adicionalmente, Caballero reclamó una revisión de los criterios que fijan el caudal ecológico y de las limitaciones para almacenar agua, ya que entiende que si se permitiera embalsas más se afrontaría una sequía con más garantías. El alcalde acusa a la Xunta de no actuar para crear "una crisis del agua en Vigo".