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Los auxilios en playas caen a cinco cada hora pero aumentan los más graves como infartos o fracturas

La inestabilidad del tiempo en junio y julio redujo en casi 200 las asistencias de los socorristas

Además de a tomar el sol, darse un refrescante baño, pasear por la orilla o aprovechar para relajarse con un libro, a las playas también se va a trabajar. Un claro ejemplo de esto son el medio centenar de vigilantes y personal sanitario que custodian un total de 10 arenales de la ciudad: Rodas (Cíes), O Vao (Coruxo), Samil, Figueiras, Fortiñón (Saiáns), Canido (San Miguel de Oia), Fontaíña (Coruxo), Argazada, Tombo do Gato (Alcabre) y A Punta (Teis). Durante los meses de servicio -segunda quincena de junio y todo julio- los servicios de salvamento y socorrismo municipales atendieron 1.772 auxilios, lo que supone cinco intervenciones a la hora, ya que su horario de vigilancia se extiende desde las 12.00 horas de la mañana a las 20.00 horas de la tarde.

Aunque a priori semeja una cifra elevada, la inestabilidad temporal al inicio del verano provocó una notable caída en estas asistencias en relación a años anteriores, cuando al término de julio se contabilizaron 1.906 y 2.910 intervenciones en 2017 y 2016 respectivamente. Las numerosas jornadas con altas temperaturas avalan este dato. Es muy previsible que este comienzo de agosto deje cifras mucho más elevadas debido al notable incremento del termómetro.

Se trata de un descenso prácticamente generalizado en todo tipo de auxilios: caen desde las heridas leves o cortes, hasta las quemaduras, pasando por los esguinces o incluso lipotimias. Sin embargo llama la atención que el incremento de asistencias sanitarias se da en situaciones que destacan por su gravedad como es el caso de fracturas o rescates acuáticos. En este último caso, a lo largo de estos 46 días de servicio, los efectivos tuvieron que adentrarse hasta en 3 ocasiones en el agua para rescatar a personas que se habían adentrado más de lo recomendable o que sufrieron alguna indisposición, cuando el año pasado no fue necesaria más que un rescate.

Las personas que sufrieron alguna fractura o traumatismo grave se contabilizaron por cuatro, intervención que no ocurrió en el 2017. Las evacuaciones en ambulancias de pacientes al puesto central de Samil fueron un total de siete mientras que los derivados a centros sanitarios sumaron 22 traslados.

Un fallecido

Sin embargo uno de los datos más llamativo y a su vez el más negativo fue el número de intervenciones por paradas cardíacas. Mientras que en los dos últimos años los arenales vigueses no registraron ningún caso, en lo que va de verano ya se han contabilizado dos casos, uno de ellos con consecuencia de fallecimiento por parte del bañista a pesar de los intentos de reanimación de los socorristas y sanitarios.

Una intervención que también se ha convertido en habitual y diaria en las playas son las picaduras, tanto de fanecas como insectos o incluso erizos de mar. Estas heridas generaron hasta 419, más de diez al día.

Durante los meses estivales son más de 50 los medios humanos que vigilan por la integridad de los bañistas de los 10 principales arenales de la ciudad. De ellos 26 son socorristas, cuatro son enfermeros, 6 auxiliares de primeros auxilios, 4 voluntarios de Protección Civil, un operador de comunicaciones, dos técnicos sanitarios, dos responsables de la empresa concesionaria y un coordinador del servicio de Salvamento y Socorrismo, contrato licitado por 970.000 euros en el que también se incluyen múltiples medios materiales: sillas anfibias para el baño de personas con discapacidad, desfibriladores automáticos, una ambulancia exclusiva así como un centro de coordinación de emergencias en Samil.

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