Ni recuperación económica, ni paro judicial. Sin duda el mayor cambio que sufrieron las subastas judiciales es el modo de acceder a ellas. Y es que tras una reforma legal en el 2015, todas las subastas son electrónicas y se desarrollan online en un portal de internet dependiente de la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado.

Las pujas ya no se celebran en las salas de vistas, como antes, ni los edictos se publicitan en un tablón en los propios juzgados. Tan solo el Juzgado de lo Mercantil continúa realizando pujas presenciales en sus salas.

Y no solo las salas civiles realizan subastas. Este año el Juzgado de Violencia sobre la Mujer ordenó ejecutar los bienes de un encausado.