Sol, playa... y rebajas. La llegada de julio marcaba hasta hace poco el inicio de la temporada de descuentos estivales en los comercios. Ya no. La liberalización de las promociones ha terminado con la tradicional avalancha de compradores los primeros días del mes. "Sí hay algo más de movimiento el 1 o 2 de julio, pero luego vuelve todo a la calma, como si estuviéramos en marzo u octubre", apunta Víctor Fernández, presidente de la Federación de Comerciantes de Vigo (Fecovi), que lamenta el "tremendo daño" que provocó la media en los pequeños y medianos comercios. "Somos los más afectados, sin duda, pero ahora las grandes superficies también están sufriendo las consecuencias y sus ventas han bajado sensiblemente", apostilla.
Las rebajas de verano, tal y como las conocíamos hasta hace menos de un lustro, ya no existen. Las tiendas siguen haciendo los mismos descuentos, muchos "muy agresivos", pero la facturación no se acerca a la de antaño. "Algunos comercios pierden dinero o lo ajustan al máximo para poder pagar a sus proveedores. La medida del Gobierno mató esta época del año. Ya no existen las rebajas, están muertas", comenta Enrique Núñez, gerente de Centro Príncipe.
Ambos dirigentes creen que es "necesario" e "imprescindible" volver a regular y restringir los periodos en los que se pueden hacer descuentos. Hasta 2012 se limitaban a los meses de julio y agosto y enero y febrero. Ahora pueden ser todo el año. "Los compradores se han acostumbrado a tener promociones durante los doce meses", sentencia Fernández.
Los comerciantes denuncian que luchan en inferioridad de condiciones contra las grandes superficies. "Antes los productos sujetos a descuentos tenían que estar en la tienda al menos dos meses antes. Ahora, los centros comerciales retiran todo su stock y colocan prendas de peor calidad a precios pírricos. Como es ropa para un momento determinado, los clientes suelen acudir ahí para salir del apuro sin percatarse de que les durará mucho menos", indica Núñez.
Además del bajón económico, los comerciantes lamentan la pérdida de ilusión cuando se aproxima el verano. "Hasta hace poco todos los responsables de las tiendas cambiaban sus escaparates, cambiaban la distribución interior de sus locales e ideaban carteles imaginativos y llamativos con los que atraer a un mayor público. Ahora eso ya se ha perdido y es una verdadera pena. Perdemos todos con la liberalización total de las rebajas y ojalá se acabe pronto", asegura Encarna Álvarez, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Calvario (Aceca).
Otro de los factores que desde hace años ataca a los pequeños locales es el del comercio online. Cada vez son más los usuarios que se lanzan a las promociones y comodidades que ofrece la red. "Nos hace mucho daño porque la gente se ha vuelto demasiado vaga y compran hasta una jarra de agua con su teléfono móvil", alerta el presidente de Fecovi, que no se muestra muy optimista en que la situación cambie a corto plazo. "Nos toca sobrevivir pero las previsiones son bastantes malas".
