Delitos de lesiones, contra el patrimonio, quebrantar una orden de alejamiento... Estos ilícitos, aunque de diferente naturaleza, tienen una misma consecuencia para su infractor: están castigadas con la realización de trabajos en beneficio de la comunidad (TBC). Esta pena, que requiere de la voluntariedad del condenado, puede cumplirse tanto en las propias instalaciones judiciales con la participación en ruedas de reconocimiento o bien en otras asociaciones o entidades sociales señaladas por el CIS. En los últimos meses estas medidas alternativas a la prisión han experimentado un repunte y ya son cuatro los condenados semanales que acuden a las oficinas dependientes del Decanato para la realización de estos trabajos sociales.
Fuentes judiciales destacan la ausencia de listas de espera para la puesta en marcha de los servicios comunitarios al incrementarse también las plazas habilitadas para tal fin. "A día de hoy están continuamente entrando y saliendo, por lo tanto ya no tenemos lista de espera", sostienen estas fuentes.
A estos cuatro condenados semanales también hay que sumarle los que acuden a las oficinas en fin de semana. "Es prácticamente diario", añaden. Cuando se le impone a un condenado esta pena debe cumplir íntegramente el plan y horario que se haya acordado el CIS o el departamento judicial, ya que su no cumplimiento incurriría en un delito de quebrantamiento de condena. "Tienen que estar disponibles de 9.00 horas a las 13.30 horas de la tarde en el caso de que no estén destinados en algún TBC por si fuera necesaria si participación en una rueda de reconocimiento u otra comunicación", señalan estas mismas fuentes.
Estas ruedas de reconocimiento son uno de los TBC más recurrentes en los tribunales vigueses. Desde que comenzó el programa en 2014 fueron más de 200 los condenados que ejercieron de figurantes en estas ruedas. Sin embargo, en este último año se han realizado muchas menos debido a la huelga de funcionarios. "Se ha notado un bajón importante, ahora tenemos señaladas entre una y dos, que realmente son muy pocas", apuntan fuentes judiciales.
Desde días a los dos años
¿Y por cuanto tiempo son estos trabajos sociales? Pueden oscilar desde escasos días a incluso años. "Actualmente llevamos el caso de una mujer que fue condenada a dos años y medio, tenemos otro condenado a dos años y por ejemplo otro de ocho meses", admiten estas mismas fuentes. Generalmente aprecian que son más los hombres condenados a estas penas no privativas de libertad que las mujeres. En los primeros tres meses del año, en la provincia más de 170 personas fueron condenadas a TBC. A estos hay que sumarles las condenas de cárcel que fueron sustituidas por estos servicios comunitarios, un total de 46, según la última estadística de Instituciones Penitenciarias.
Estos mismos delitos revelan que los delitos más castigados a trabajos sociales son los ilícitos contra la seguridad vial y violencia de género. Así, de los 179 condenados a TBC, 99 lo fueron por delitos viales y contra la seguridad del tráfico. Tras ellos le siguen 63 por malos tratos, 10 por delitos de lesiones y faltas y otros cuatro por ilícitos contra el patrimonio.
