"Ni una explicación, ni una solución; nos han tenido medio día tirados en el aeropuerto de Bérgamo para terminar poniéndonos un autobús a Vigo. Nos han tratado como si fuéramos ganado". Su enfado casi lograba camuflarse con el cansancio y a la vez alivio cuando por fin pudieron poner pie en tierra firme. Y es que su viaje entre Milán y Peinador se alargó más de lo previsto, concretamente 26 horas y en lugar de un avión, viajaron enclaustrados en un autobús de dos pisos que recorrió tres países en poco más de una jornada.

Este fue el recurso que les ofreció Ryanair según relataron los 75 pasajeros cuyo vuelo fue cancelado el miércoles a última hora -concretamente cuando se encontraban en fila para embarcar y con las maletas facturadas- a consecuencia de la huelga de tripulantes de cabina que afectó a todo el país así como a Italia, Portugal y Bélgica en las jornadas del 25 y 26 de julio.

Los viajeros recibieron vía SMS el aviso de que su vuelo había sido cancelado, pero fue después de saber que no embarcarían. "Estábamos ya con todo listo, desde las 4 de la mañana ahí en el aeropuerto y de repente vemos que en el marcador de destinos se cambia "Vigo" por "Munich". Realmente, esta fue la primera y única forma en la que nos avisaron que nuestro vuelo se cancelaba", reconocen Alejo y Lorelei, quienes viajaban también con la pequeña Elsa, de tan solo un año y medio. "Fue una odisea, no se nos dio otra solución que el bus o mandarnos en otro vuelo el 5 de agosto, algo impensable. Así que después de 26 horas en el autocar, casi sin comer y sin potitos para la niña llegamos por fin a casa", aquejaba esta familia.

Pareja situación fue la vivida por Simone, un turista que viajaba a Vigo para iniciar el camino de Santiago junto a su novia. "Hemos tenido que anular un montón de reservas y perdimos dinero. No volveré a comprar un billete con Ryanair, quiero estar seguro de que voy a llegar a mi destino sin problemas", reconocía este joven.

Alexandra Martínez y Alfredo Domínguez no podrían disimular su enfado tras abandonar el autobús. "Lo peor de todo ha sido la desinformación, es que no sabías qué hacer. Te veías bloqueado porque la compañía te ignoraba , nos decía que nos buscásemos la vida. Fue un caos total", explicaba esta viguesa.

La situación en el autobús no mejoró: ni baños, ni cargador y casi sin paradas. "Dos minutos para ir al servicio y de vuelta al bus", narraban.

De regreso de su Erasmus se encontraba Leonor Lemos, quien a pesar de la situación mantenía su buen humor. "Pensé que el Erasmus era una aventura, pero no. Esto sí fue una aventura. Cenamos en Milán, desayunamos en Mónaco, comimos en Madrid y ahora cenaré en Portugal", bromeaba.

Dolores, Alejo y Elsa - Vecinos de Vigo

"Si ya es de locos estar un día entero en un bus, figúrate con un bebé. No teníamos ni potitos "

Alfredo y Alexandra - Vecinos de Vigo

"Ha sido todo un caos, no creo que se pudiera haber hecho peor; nos trataron como a ganado"

Simone - Turista italiano

"Vine a Vigo para hacer el Camino y perdí muchos de los hospedajes reservados"

Leonor y Yoana - Turistas portuguesas

"Perdimos alquileres que contratamos; ni en el Erasmus vivimos una aventura así"